La Unidad de Odontología del Macarena se incorpora a la comisión multidisciplinar que trata a pacientes con ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica). Esta enfermedad neurológica degenerativa agrupa diversas patologías relacionadas con la funcionalidad de las extremidades y con la afectación bulbar. Esta puede conllevar, además de problemas para tragar, dificultades para abrir la boca, y por lo tanto para la asistencia de un dentista convencional.

La incorporación de esta unidad, que depende del servicio de Cirugía Maxilofacial, supone una novedad destacable. «Existen muy pocos equipos multidisciplinares de ELA que incluyan la Odontología Hospitalaria. Con esta inclusión se suma el conocimiento de nuestra disciplina para, mediante un diagnóstico previo, eliminar factores que atenúen el dolor oral, ofreciendo medidas preventivas que permitan mejorar la salud bucal de estos  pacientes», aduce José Antonio Coello, odontólogo responsable de la unidad incorporada.

Una prestación mayor de edad

Esta prestación odontológica, creada hace más de 18 años en el seno del hospital sevillano y que atiende más de 4000 consultas anuales, resalta en su modo de funcionar por su integración investigadora, asistencial y docente dentro del servicio al que pertenece. «Estamos en contacto permanente con nuestro servicio y con el resto de servicios hospitalarios. Esto permite fluidez asistencial con otros profesionales sanitarios, lo que revierte en un servicio de mayor calidad», señala Coello.   

La Unidad de Odontología Hospitalaria atiende a pacientes médicamente comprometidos que se derivan de otro servicios hospitalarios, generalmente pacientes inmunodeprimidos, ya sean por estar trasplantados o pasar por un proceso oncológico, entre otros.

También asisten a pacientes con discapacidad que no pueden ser atendidos en atención primaria y requieren anestesia general para ser tratados. En este caso, la mayoría son pacientes que padecen algún trastorno del espectro autista, síndrome de down (no colaboradores), parálisis cerebrales y enfermedades raras, como puede ser la ELA.

A estos se les practica en el centro sanitario más de 220 intervenciones al año entre extracciones, empastes, limpiezas bucales, endodoncias, mantenedores de espacio para los dientes cuando en edades pediátricas se han perdido prematuramente los dientes de leche y servicios odontológicos relacionados con traumatismos bucodentales. «Estos traumatismos son más frecuente en personas con discapacidad por epilepsias, convulsiones, trastornos de psicomotricidad…», aduce el dentista.           

De este colectivo de personas con discapacidad, la mitad son generalmente niños. A los ojos del especialista, esto es una buena noticia, por que ayuda a la prevención. «Si queremos que estos niños tengan una boca sana, cuanto antes se intervenga desde el punto de vista educacional con los cuidadores y del propio tratamiento al menor, mejor para el futuro de su salud bucodental».