Las obras de ampliación del aeropuerto de Sevilla, que comenzaron a finales de mayo de 2019 con una inversión de 62 millones de euros, están centradas en tres grandes ejes de actuación: la reforma y ampliación del edificio terminal, la central eléctrica (en ejecución) y el recrecido de la pista de vuelo (finalizado en enero de 2020).

Recreación de la zona sur de la terminal del Aeropuerto de Sevilla

Dentro de la planificación, ya han finalizado las obras del nuevo centro de coordinación aeroportuaria, que ahora cuenta con dos plantas que suman 275 metros cuadrados, una sala de operaciones con pantallas de última generación, un amplio mirador para tener visión del campo de vuelo y oficinas administrativas.

También se ha completado el nuevo filtro de seguridad, compuesto por 8 líneas de inspección, una de equipajes especiales, cinco arcos detectores, nueve máquinas RX, siete lectores de tarjetas embarque y un fast lane, además de la nueva terminal de aviación ejecutiva, de 300 m2,con acceso directo a la plataforma de estacionamiento de aeronaves y su propio control de pasajeros.

A finales de mayo de 2019 arrancó la obra de mejora del asfalto de la pista de vuelo dentro del proyecto de recrecido, una actuación que absorbió una inversión de casi once millones de euros, y que pretendía solucionar el desgaste natural que se produce en la pista por el rodaje de los aviones. La obra, de una envergadura equivalente a la construcción de una pista nueva, concluyó a finales de enero de 2020.

La Terminal de llegadas internacionales cuenta desde noviembre de 2020 con una nueva zona de llegadas internacionales no Schengen, que ocupa alrededor de 2700 metros cuadrados y se ubica en la parte norte de la terminal.

En la planta superior continúan los trabajos de ejecución de la zona de salidas internacionales no Schengen. También han finalizado las obras del nuevo Vestíbulo de llegadas, que entró en servicio en julio de 2021, junto con una parte de la sala de recogida de equipajes.

Con el horizonte fijado en el próximo año avanzan a buen ritmo las obras del Embarque zona sur, que se convertirá en la parte más emblemática de la ampliación del aeropuerto, ocupando 4.150 metros cuadrados con seis puertas de embarque, seis tiendas y tres puntos de restauración. Conectará con el actual pasillo de preembarque, que desaparece y se convierte en un espacio diáfano con otras ocho puertas.

Las obras de ampliación y reforma de la central eléctrica, cuya inversión asciende a 7,3 millones de euros, se mantienen activas, al igual que las que se desarrollarán para la nueva configuración de la plataforma de estacionamiento, un proyecto en fase de licitación que ha salido a concurso por casi 600.000 euros.

A ello se suman los 5,14 millones de euros para la sustitución de las pasarelas de embarque, que serán seis de última generación, con tecnología para conectar y desconectar de la puerta del avión de forma manual, pero también por control remoto o de forma autónoma.

De forma paralela a la obra de la terminal, Aena ha adjudicado la adecuación de los viales de acceso a la zona de salidas del aeropuerto por 595.000 euros. Con esta actuación, se reconfigurarán los carriles, mejorando su funcionalidad e incrementando su capacidad.

Preparado para los 10 millones de viajeros

La reforma y ampliación del edificio terminal se considera una inversión estratégica para el aeropuerto de Sevilla. Las obras arrancaron a finales de mayo de 2019 y se adjudicaron por 26,3 millones de euros, lo que permitirá en el futuro ampliar su capacidad operativa hasta los 10 millones de pasajeros al año.

El delegado del Gobierno de España en Andalucía, Pedro Fernández, ha vinculado hoy la recuperación económica y la conclusión de las obras de ampliación del aeropuerto de Sevilla, previstas para 2022, como las “claves para el relanzamiento del turismo de la provincia y de Andalucía, que contará con un aeropuerto 4.0 preparado para crecimientos futuros, de mejor confortabilidad y mayor agilidad para el pasajero, además de constituir una infraestructura adaptada a la nueva forma de operar de las compañías aéreas, cada vez más orientadas a la eficiencia en los tiempos de escala”.