Los profesionales del Hospital de La Mujer del Virgen del Rocío han atendido más de 6500 partos desde el principio de la pandemia. La mayoría de ellos, cerca de 5000, se han desarrollado de manera natural por la vía vaginal y el resto por cesárea.

Todo ello en un contexto de pandemia por el que el servicio de Urgencias del Hospital de La Mujer, a través del que ingresan las embarazadas, dispone de espacios diferenciados para todas aquellas personas que acuden con síntomas respiratorios o cualquier otra sospecha de padecer la infección por coronavirus. Esto permite que los profesionales atiendan estas consultas con los equipos de protección individual correspondientes y medidas adicionales de aislamiento.

Una vez se confirma la infección, y si el nivel de afectación y la edad gestacional así lo recomiendan, las pacientes son ingresadas en aislamiento en una planta reservada para pacientes covid-19 o en la UCI.

Humanización

Los partos en la pandemia se han atendido respetando, siempre que ha sido posible, el modo en que la mujer desea recibir este tipo de atención sanitaria. Se trata de una de las medidas incluidas en el Plan de Parto y Nacimiento de la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía. Así, se ha tratado de fomentar la participación de la madre y la adecuación del entorno físico para su comodidad y seguridad durante el alumbramiento. También la promoción de la lactancia materna desde el respeto de la decisión de la mujer. Además, la disminución de las intervenciones innecesarias, especialmente en el uso de las ecografías, las cesáreas, las episiotomías y el rasurado perineal. Y el desarrollo de medidas que contribuyan a fomentar la participación del hombre en el proceso de crianza.

En esta línea, el Proyecto para la Humanización de la Atención Perinatal del sistema sanitario público andaluz pretende informar, facilitar, proponer y respetar la experiencia natural del parto. Las mujeres tienen la capacidad de decidir con antelación la posición que quieren adoptar para dar a luz, pueden dejar constancia de sus preferencias en cuanto a la participación de su pareja, el tratamiento y el manejo del dolor y, una vez que se haya producido el parto, la higiene del bebé y la alimentación.