El Corpus Chico de Triana ha llenado de romero y gente las calles más emblemáticas del barrio bajo un sol reluciente y temperaturas que incitaban al abanico.
Calles engalanadas para celebrar esta tradición, altares y balcones objetivos de las cámaras posaban presumidos en un domingo soleado y caluroso. Organizado por la Hermandad de de la Esperanza de Triana, los cinco pasos que conforman el Corpus Chico iniciaron su penitencia a las 10:00 horas desde la iglesia de Santa Ana, recorriendo las calles más representativas del barrio.
La Plazuela, Pelay Correa, Jesús de las Tres Caídas, Rodrigo de Triana, San Jacinto, Altozano, Pureza, Vázquez de Leca y vuelta a casa al mediodía. Los vecinos disfrutaron del Dulce Nombre de Jesús, San Juan Evangelista, Santas Justas y Rufina, la Inmaculada Concepción y la Custodia con el Satísimo Sacramento. La banda de Las Tres Caídas amenizó y emocionó a su paso, sobre todo por su recorrido de ‘su’ calle Pureza por la que fue deleitando con la marcha La Pasión.
Más tarde cervecitas y olor a romero, los trianeros sacaron sus mejores galas y alguno que otro se apresuraba para inmortalizar los efímeros altares ubicados en los rincones más insospechados.
