Agentes del Seprona de Sevilla recibieron una información sobre la presencia de una planta que cubría totalmente el cauce del río Guadaíra a su paso por el Parque Gaudaíra. Agentes de la PACPRONA de Sevilla se trasladaron inmediatamente al lugar con el fin de realizar una primera evaluación de la situación y tratar de identificar la planta in situ.

Una vez en el lugar, comprobaron que el tramo de cauce afectado tiene una longitud aproximada de unos 700 metros lineales, equivaliendo el cauce invadido a una superficie de unos 7.500 metros cuadrados, aunque para alivio de los actuantes, la planta localizada no era camalote. No obstante, al constatar los agentes que la planta es alóctona, es decir, que no es originaria de ese lugar, procedieron a realizar una toma de muestras de varios especímenes.

Una vez realizada la toma de muestras, se entregaron en el departamento de Biología Vegetal y Ecología –Botánica- de la Facultad de Farmacia de Sevilla, para el correspondiente reconocimiento de especies y se iniciaron gestiones con el departamento de Medio Ambiente de la Delegación Territorial de Sevilla, para activar el protocolo para el control y evaluación de estado de esta planta.

Se trata de la especie ‘Hydrocharis laevigata’

Esta nueva planta exótica encontrada en el Guadalquivir ha sido identificada como Hydrocharis laevigata por el profesor Pablo García Murillo, quien forma parte del departamento de Biología Vegetal y Ecología –Botánica- de la Facultad de Farmacia de Sevilla, se constata, que a pesar de no estar listada en el R.D. 630/2013, por el que se regula el catálogo de español de especies exóticas invasoras, esta planta originaria del continente americano crece de manera desmesurada cuando hay nutrientes en abundancia.

Tal y como los agentes pudieron constatar, se dispone en forma de tapiz en la superficie del agua, igual que el camalote, aunque esta especie también puede enraizar en el fondo, impidiendo que llegue la luz al lecho del rio, incidiendo de forma notable en la estructura del ecosistema y en las cadenas tróficas.

Igual que el camalote, también tiene una reproducción vegetativa muy potente que le permite colonizar y extenderse por una superficie de humedal muy rápidamente, siendo muy negativa la presencia de esta especie para la frágil ecología de los humedales en épocas estivales.