Vista general del interior del Estadio de la Cartuja de Sevilla. / JA

Sevilla es una ciudad apasionada por el deporte con un importante espíritu olímpico que le llevó a intentar acoger la mayor celebración deportiva del planeta, los Juegos Olímpicos.

Desde la ciudad hispalense, se disfruta de la competición con entusiasmo, pero existe un cierto resquemor sobre lo que podría haber sido si Sevilla se hubiera convertido en la ‘ciudad olímpica’.

La Expo’ del 92 abrió las puertas

La celebración de la Exposición Universal Iberoamericana en 1992 abrió las puertas a una nueva ilusión: Sevilla, como ciudad olímpica. Todas las instalaciones e infraestructuras que se implantaron durante la Expo’ 92 dieron pie a este nuevo objetivo.

De este modo, se presentó la candidatura de la sede en 2004. Sin embargo, surge la problemática de que la ciudad no tenía capacidad hotelera suficiente por lo que se proponen como subsedes a Cádiz, Jerez, Granada, Córdoba, Huelva y Málaga.

En 1993 se comienza a trabajar en la sede habilitada para ello, la Torre de la Plata, cedida por la Gerencia de Urbanismo e inicia un concurso para el logotipo.
Un año más tarde, la propuesta ya estaba preparada, consistía en cuatro zonas -conocidas como anillos-. De esta manera, sería la primera zona norte Isla Cartuja; segundo perímetro SE-30; tercera zona en aquellos municipios a menos de veinte minutos; y, por último, el cuarto anillo que serían otras ciudades andaluzas.

Logotipo Sevilla 2004

La mayoría de los sevillanos estaban a favor de los JJOO en Sevilla, se realizó un sondeo y los resultados fueron muy positivos, el 92,3% lo apoyaba. En 1996, se establece una visita de la comisión del Comité Olímpico Internacional (COI) para evaluar si la ciudad pudiese ser una buena candidata. Pero en 1997, no pasó la primera criba y quedó eliminada de los Juegos de 2004.

A pesar de quedarse fuera, la ciudad no perdiera la esperanza y se presentó de nuevo como candidata para los JJOO de 2008. Las correcciones con respecto al primer proyecto fueron muy tenues ya que se renueva el logotipo y la propuesta. Por lo que solo se ejecutaron avances en lo que respecta a las infraestructuras, más concretamente, a la finalización del Estadio Olímpico con una mayor inversión.

La ciudad había demostrado en varias ocasiones que tenía una buena capacidad deportiva. Esto quedó reflejado en eventos como el Europeo de Natación (1997) y balonmano (1996) en los Mundiales de Atletismo en 1999 o de piragüismo en 2002.

Aparece Madrid como competencia

Sin embargo, todo ello no fue suficiente y, además, sumado a esto, Madrid se colocó como competencia para estos juegos. La suma de todas estas contras hacia Sevilla, hicieron que no superara, de nuevo, el primer corte para ser olímpica.

Por otro lado, algo que causó bastante revuelo fue la participación de la ciudad madrileña como candidata que, como elemento añadido a la competencia, en 2003, seleccionó a Málaga como sede para las pruebas náuticas.

El entusiasmo por traer los juegos a la ciudad no decayó por mucho que fracasara en varias ocasiones. Tal es así que, el alcalde del momento, Alfredo Sánchez, afirmaba que iban a optar por ser candidata para los juegos de 2012, hecho que volvió a fracasar y Sevilla se quedó con las manos vacías.

Todavía quedan huellas de que lo que hubiera formado parte de este evento, como puede ser el Estadio Olímpico que ha estado cerrado en varias temporada y ha quedado reducido a conciertos y algunos eventos deportivos. La última gran competición ha sido la Eurocopa, jugándose cuatro partidos en la Cartuja.