Un grupo de investigación de la Universidad de Sevilla observa los movimientos oculares para desentrañar el funcionamiento del sistema nervioso.

Un grupo de investigación de la Universidad de Sevilla estudia los movimientos oculares como modelo de procesamiento motor durante el sueño, con el objetivo de aplicar este conocimiento al diagnóstico precoz de patologías del sueño así como de enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Parkinson o la epilepsia.

Los movimientos oculares son parámetros que se miden con facilidad y que permiten conocer datos muy concretos sobre la actividad del sistema nervioso. Tras un primer análisis de los movimientos de los ojos durante el sueño, los expertos han dado un paso más para estudiar ahora la actividad eléctrica y química de las neuronas responsables de dichos movimientos.

Durante el sueño se alternan dos fases, una en la que la actividad de la corteza cerebral se vuelve lenta y de gran amplitud y la musculatura se relaja poco a poco; y, otra, muy distinta, en la que la actividad de la corteza cerebral vuelve a ser muy parecida a la de la vigilia, la mayor parte de la musculatura corporal pierde todo su tono de modo que sólo muestra activaciones esporádicas muy breves y se producen movimientos oculares rápidos que le dan el nombre de fase REM (del inglés Rapid Eye Movement).

A partir de aquí, los investigadores han observado que aunque las neuronas que inervan a los músculos extraoculares están inhibidas durante la fase REM de modo muy similar a las motoneuronas que controlan otros músculos esqueléticos, las neuronas premotoras (neuronas que controlan a las motoneuronas) no lo están. Entonces, dado que en la fase REM es cuando se produce gran parte de las ensoñaciones, conocer el funcionamiento de las neuronas premotoras durante esta fase es equivalente a tener una medida objetiva de la actividad onírica y del funcionamiento del sistema nervioso durante esta fase.

“Sabemos que el sistema pre-motor está tónicamente activo, con una frecuencia de descarga continua, por lo que pensamos que el bloqueo motor debe producirse sólo a nivel de motoneuronas”, explica el responsable de este grupo de investigación, el profesor titular de Fisiología Miguel Escudero González, quien añade que este dato es muy importante a la hora de diseñar fármacos para combatir patologías como la alteración de conducta durante la fase REM. Los pacientes que sufren esta alteración ejecutan sus sueños, mueven sus brazos, pueden dar patadas y puñetazos como si estuvieran, por ejemplo, inmersos en una pelea durante su sueño.

Por ello, estos pacientes se pueden autolesionar o lastimar a las personas con las que comparte la cama. Según estos estudios, se cree que esta alteración de conducta se produce porque la neurona motora no ha sido inhibida correctamente, mientras que las neuronas premotoras siguen mandando órdenes relacionadas con la ensoñación.

En este sentido, el profesor Escudero informa que están trabajando en la actualidad con animales de laboratorio y con voluntarios sanos y pacientes con el objetivo de identificar patrones motores de activación durante la fase REM y poder discriminar cuando estas actividades están alteradas en enfermedades como la epilepsia o en las neurodegenerativas como la enfermedad de Parkinson.

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