La noticia inesperada de que el Ayuntamiento de Sevilla ultima los proyectos para la captación de fondos europeos del plan de recuperación Next Generation EU es motivo de profunda preocupación para la Red de Sevilla por el Clima, ante la opacidad con la que se ha abordado el proceso de definición de las inversiones que recibirá la ciudad, las más importantes desde finales de los años 80 del siglo pasado. Estos fondos europeos priorizan el empleo verde y la lucha contra el cambio climático, una gesta imposible de cumplir sin la participación ciudadana, lo que supondría un Plan Marshall europeo desaprovechado.

El nuevo Fondo de Recuperación Next Generation EU permitirá a España movilizar un volumen de inversión sin precedentes. El acuerdo del Consejo Europeo prevé financiación de hasta 140.000 millones de euros en transferencias y créditos en los próximos seis años, lo que supone un 11% del PIB de 2019 nacional. La movilización de un volumen tan importante de recursos abre una oportunidad extraordinaria para Andalucía y para la ciudad de Sevilla, con un impacto sólo comparable al de las inversiones en infraestructuras realizadas con motivo de la Exposición Universal de 1992, que generaron un incremento del PIB andaluz de 1.436 millones de euros.

El alcalde de Sevilla, Juan Espadas, anunció en noviembre la creación de una «plataforma», con participación pública y privada, que participaría en la selección de proyectos susceptibles de la captación de financiación europea. La composición de la plataforma es claramente excluyente y tremendamente desigual. Entre sus miembros, todos hombres, no hay representantes de organizaciones sindicales, medioambientales, de la economía social, de consumidores, o de mujeres, por citar tan solo algunos sectores.

La plataforma representa los intereses, fundamentalmente, de las organizaciones empresariales, a quienes el resto de actores debemos confiar la tutela de los intereses y propuestas de una sociedad civil tan diversa como la sevillana, cuyas ideas se expusieron en la Comisión para la Reactivación Social y Económica el pasado mes de octubre, a la cual participó la Red Sevilla por el Clima, entre otras organizaciones de la sociedad civil.

De hecho, ha trascendido que la ampliación del tranvía desde la parada de San Bernardo hasta la estación de Santa Justa, proyecto duramente contestado por muchas voces expertas en Sevilla, es uno de los proyectos más destacados por esta nueva “plataforma” creada en noviembre de espaldas a la ciudadanía.

Nadie discute que las empresas son absolutamente necesarias para ejecutar grandes proyectos, pero tampoco tiene ningún sentido que esto mismo se haga al margen de la ciudadanía o de otros agentes sociales. El Ayuntamiento de Sevilla debe entender que ninguna administración pública con una visión de progreso puede establecer inversiones históricas de gran trascendencia para la ciudad sin contar con la ciudadanía.

Por todo ello, la Red de Sevilla por el Clima reclama que el Ayuntamiento de Sevilla retome, con carácter de urgencia, la vía del diálogo social como mecanismo imprescindible para articular una respuesta que refuerce la cohesión económica, social y territorial. Solo desde este punto de partida se garantiza el respeto a los derechos de participación de la ciudadanía y se avanza en los valores democráticos de una sociedad más justa y solidaria.

La respuesta verde y solidaria a la Crisis socioeconómica del Covid-19

El Plan Nacional de Recuperación, Transformación y Resiliencia, que debe gobernar el sentido de estas inversiones, establece que será necesario el concurso del conjunto de la sociedad, articulado a través del Gobierno, las instituciones europeas, el Parlamento, las comunidades autónomas y corporaciones locales, y de los agentes sociales. De hecho, el plan se ha construido sobre la base del diálogo social, que culminó el 3 de julio con la firma del Acuerdo Tripartito para la Reactivación Económica y el Empleo.

Pero el Estado, en virtud de la autonomía organizativa de comunidades autónomas y la Plataforma Integrada para Entidades Locales, deja en manos de estas últimas la definición de los procesos de diálogo social. Por tanto, el Ayuntamiento de Sevilla debe jugar un papel fundamental para garantizar la participación real y efectiva de la ciudadanía. Desgraciadamente, no está desempeñando este papel, que es su obligación.

Esta participación real y efectiva de la ciudadanía, que hoy brilla por su ausencia, es absolutamente indispensable para poner el interés general por delante del interés particular y priorizar aquellas políticas que mejor contribuyan a un modelo de desarrollo más sostenible e inclusivo, potenciando, entre otras, aquellas actuaciones para la adaptación y mitigación ante el Cambio Climático, la descarbonización de la economía, la eficiencia energética o la digitalización.