El programa de intercambio de estudiantes de la Unión Europea cumple 25 años. Los jóvenes consideran la experiencia “el mejor año” de sus vidas.
Un grupo de estudiantes Erasmus se han reunido en los últimos días para conmemorar el XXV aniversario del programa de intercambio de estudiantes de la Unión Europea y analizar la experiencia que califican como “el mejor año” de sus vidas.
Con los jóvenes sin trabajo y prácticamente condenados a abandonar el país en busca de trabajo, los programas de movilidad creados por las universidades son más necesarios, sobre todo en las regiones donde las tasas de desempleo son más altos.
Estudiar o trabajar en el extranjero es ya otra carrera. Cualquiera que haya viajado sabe. Estudiantes Erasmus cuentan sus experiencias en el extranjero en la próxima edición de la Conferencia de la Unión Europea, organizado por la Sociedad para el Desarrollo de Marchena-Sevilla-, Sodemar, en lo que muchos llaman el mejor año de sus vidas.
Wito Carmona Vargas estudió economía en Nápoles hace dos años. «Vivir en un país distinto de un año le da la experiencia y la mente abierta y te relacionas con personas de todo el mundo» y lo llama «una oportunidad única que no existe más que una vez en la vida”.
El estudio de la educación física en Atenas, la cuna de este deporte y los Juegos Olímpicos, no es una mala idea. Es lo que hizo Francisco Javier Cortés Pazos hace varios años. Francisco es muy claro. «Viajar al extranjero te abre la mente. Los viajes al extranjero amplían tu mente».
Un Erasmus es una «oportunidad única en la vida para vivir fuera, aprender un idioma, formarte y conocer gente de todo el mundo», dice. Este año, compartiendo piso con dos chicas, uno polaco y otro francés, ha aprendido a «cocinar, limpiar, planchar y vivir con personas de todo el mundo».