Hospital Virgen del Rocío / SA

El Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 11 de Sevilla ha condenado al Servicio Andaluz de Salud (SAS) a indemnizar con 271.200 euros a la familia de un hombre que falleció en octubre de 2017 en el hospital Virgen del Rocío. En concreto han indemnizado con 90.400 euros a su viuda y la misma cuantía para cada uno de sus dos hijos.

Según dicta la sentencia, el hombre acudió al Hospital de Utrera «al sufrir un dolor en el pecho», pero «tras la realización de un electrocardiograma, analítica y radiografía y tras la administración de Droal y Nolotil, se le dio de alta con destino a su domicilio, con recomendación para valoración por un especialista y posible diagnóstico ‘Scaset’ al sufrir elevación de las troponinas».

Ese mismo día, acudió con su mujer al Hospital Virgen del Rocío, «al seguir con dolor en el tórax y sudoración», sin embargo, «tras un nuevo electrocardiograma y una analítica, con valor de troponinas en 85, se le administró toradol-torio y ante la ausencia de signos de alarma según el informe de alta de Urgencias, se le dio de alta a domicilio con derivación a la Unidad de Dolor Torácico».

A la mañana siguiente, el 25 de octubre, fue citado telefónicamente para asistir a la Unidad de Dolor Torácico, pero «en su traslado al hospital para acudir a dicha cita, entró en parada cardiorespiratoria y se produjo su fallecimiento por infarto agudo de miocardio, según el parte de defunción».

La esposa del fallecido denunció al SAS por un «error en el diagnóstico y tratamiento de la patología» y finalmente, según recoge la sentencia, se ha llegado a la conclusión de que «se produjo un error en el diagnóstico y tratamiento».

Al presentar los médicos dudas sobre su dolencia «se debió disponer de todos los medios que cuenta el hospital Virgen del Rocío a favor del paciente, hasta saber realmente qué le estaba ocurriendo. La no puesta a disposición de los mismos tuvo consecuencias irreversibles, el fallecimiento del paciente, que de otro modo, y con la simple observación, monitorización y tratamientos de los que disponían en el hospital, le hubiesen salvado la vida», indica la sentencia, que asegura que «de haber sido tratado correctamente, se habría evitado no sólo el fallecimiento, sino minimizado las posibles secuelas».