Las estatuas sevillanas han amanecido con antorchas en defensa de la Universidad Pública / Imágenes Cotrafoto21

La comunidad universitaria de Sevilla (Universidad Hispalense y Universidad Pablo de Olavide) ha despertado con la adhesión de los ‘ilustres’ y más de 150 profesores impartiendo clases públicas y al aire libre. Celebran una semana de encierro en el Rectorado, sede de las movilizaciones y acciones para defender la Universidad Pública y de calidad, con las estatuas de la ciudad del lado de las movilizaciones.

Los monumentos de Sevilla son parte del patrimonio de todos los sevillanos. Del metal o de la piedra, frías las estatuas, pero en ningún caso indolentes ante la ‘amenaza’ que supone el Real Decreto Ley 14/2012 para el acceso de sus conciudadanos a derechos fundamentales como la Educación.

Algunas de las estatuas que observan el devenir de los andaluces desde las calles, plazas o parques de la capital hispalense fueron de carne y hueso. Ejemplo vivo para algunos colectivos de la capital andaluza. Personas que por su profesión, por el papel que desempeñaron en un momento histórico o por su vinculación y compromiso con la ciudad  llegaron a ser consideradas referencias.

Otras de las estatuas sevillanas representan a seres que existieron a través de la creación. De la palabra, en el caso de una obra literaria, de la pintura de un artista o de la imaginación,… del mito, del duende y de la leyenda que ha calado en el imaginario popular.

La universidad  es sede del conocimiento, del la cultura, de la creación, del arte, de la palabra. Y los estudiantes compatibilizan en un paro académico  el estudio con la reivindicación del derecho a estudiar que ven amenazado. La desproporcionada subida de tasas en las matrículas, la expulsión del  sistema universitario público de los estudiantes extracomunitarios que deberán pagar el 100% del costo de su matrícula, la precarización del trabajo de docentes o investigadores, la progresiva pérdida de empleo para técnicos, personal de administración y servicios, aprobado todo por vía de urgencia y sin diálogo pone en jaque el modelo de universidad. Y, por ende, el modelo de sociedad que construimos.

Hoy las estatuas han sido valientes. Se han despojado de todos los prejuicios con que la ciudadanía las mira y han dicho claramente de qué lado están. Están con la comunidad universitaria. Defendiendo la Universidad Pública y el derecho a acceder al conocimiento y a la formación que, aseguran ellas, deben tener sus conciudadanos.

Las estatuas son, no por un busto al aire libre en la ciudad de Sevilla, sino por lo que alguna vez fueron: escritores, políticos, cantantes, religiosos, toreros, académicos ilustres… sus obras son las que prevalecen, y las que tratan de representar en el metal o la piedra que conforman sus estatuas.

Las estatuas hablan, no tanto por una imagen, sino por una historia; la que en el festivo día de San Fernando, y  para celebrar una semana de encierro  de la comunidad universitaria de Sevilla, han querido continuar escribiendo en defensa de su gente. Gracias al apoyo de un grupo de universitarios y docentes de la facultad de Bellas Artes que cuidadosamente elaboraron antorchas, reclamos, pancartas,… que luego les cedieron siguiendo un criterio de no-agresión y velando por no dañar las imágenes, para que ellas pudieran dejar patente, también,  que siguen vivas  y siendo  una  referencia  para Sevilla. Pasadas unas horas, las estatuas han recuperado su imagen habitual.

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