Cáritas Diocesana de Sevilla ha aumentado en torno al 35% las demandas de ayudas sociales desde que se inició el estado de alarma, llegando al 60% en las zonas más desfavorecidas de la ciudad. Desde el pasado 15 de marzo, la entidad de la Iglesia ha adaptado sus servicios y recursos a las condiciones dadas por el Gobierno con el fin de permanecer al lado de los más necesitados en todo momento.

Se estima que las peticiones han aumentado en un 35% en este tiempo; en un 60% si nos situamos en zonas como Torreblanca, Polígono Sur, Macarena Norte o Tres Barrios-Amate. En esta última, Cáritas ha pasado de atender a 300 familias con regularidad, a 600 desde que se estableció el estado de alarma.

Lo que sucede en tres Barrios- Amate es una muestra de lo que se están encontrando los agentes de Cáritas estos días. Más de la mitad de las personas que acuden a la institución hoy ya estaban siendo acompañadas por la entidad antes del COVID 19, bien de forma puntual o continuada y, debido a las medidas adoptadas por la pandemia, han visto agravada su situación. Son familias que previa a la COVID 19 ya se encontraban inmersas en una pobreza estructural y cronificada.

Así, el 90 % de las demandas cubiertas por Cáritas desde el 15 de marzo está relacionado con productos de primera necesidad como alimentación, higiene o farmacia. En algunos casos se cubren también gastos relacionados con la vivienda, como el alquiler o electrodomésticos.

Ante esta realidad y bajo el lema ‘Hermano migrante, no estás solo’, la Delegación de Migraciones de la Archidiócesis de Sevilla y Caritas, han iniciado estas últimas semanas un trabajo en red que pretende cubrir las necesidades más básicas y orientar a este sector de la población que ha quedado absolutamente desprotegido.