Himno de la Alegría / ROSS

Hoy la Unión Europea que conocemos cumple 70 años. Siete décadas de paz y prosperidad que se enfrentan a su mayor desafío sanitario y socio económico desde la II Guerra Mundial. Un 9 de mayo que se celebra esperando un milagro, como el propio himno europeo, el himno de la Alegría.

A situaciones extraordinarias, soluciones inauditas. Josep Borrell, vicepresidente de la Comisión Europea y Alto Representante de la UE en el Exterior, comentaba en un foro de discusión en el día de ayer, jornada también señalada en el calendario para recordar el 75 aniversario del fin de la II Guerra Mundial, que estamos ante una pandemia global “de dimensiones bíblicas”, por lo que necesitamos de una solidaridad entre Estados extraordinaria.

Por primera vez desde la Gran Depresión, 100 países en el mundo entrarán en recesión de forma simultánea y no podemos mirar hacia otro lado. Viajamos en el tiempo 70 años atrás y asistimos al 9 de mayo de 1950, momento en que se produjo la histórica declaración de Robert Schuman, ministro francés de Asuntos Exteriores, que en 1950 expuso su idea de una nueva forma de cooperación política que hiciera impensable un conflicto bélico entre las naciones europeas.

Y regresamos al presente. En esta ocasión, completamente desarmados por la crisis del Covid19. Países del Sur de Europa como Italia, Grecia o España pedimos que se invoque a esas solidaridades de hecho que inspiraron el proyecto de paz y prosperidad que es la UE. Una Unión, que ya ha mostrado su intención de movilizar lo que haga falta para superar al Coronavirus y sus coletazos.

Reconciliación entre los pueblos

El himno de la Alegría pertenece al IV Movimiento de la Novena Sinfonía de Beethoven, una melodía pensada y sentida en el ocaso del genio músico cuya sordera profunda lo encerraría en un tormento vital que no impediría dar a luz el milagro de la Novena.

Estrenada en 1824, su valor ha trascendido el pentagrama y ha sido reclamada para acompañar gestas y congratulaciones. En 1985, se convirtió en himno oficial de la UE y en 2001, en Patrimonio de la Humanidad.

En cifras, podríamos perdernos, pero es cierto que se han movilizado cientos de millones de euros para intentar paliar las graves secuelas de esta catástrofe socio económica. La clave estará en ese abrazo mutuo que emana de los compases de la Oda a la Alegría, es decir, que las ayudas supongan un tratamiento directo y no un crédito que genere deuda para las generaciones venideras.

“El Plan Marshall somos nosotros”, indicaba ayer Borrell explicando que es sólo una referencia histórica. La solución la tenemos nosotros y se trata de generar remedio a una pandemia simétrica de golpes asimétricos.

Nos referimos a esas solidaridades de hecho que inspiraron las bases de la actual UE. Hablamos de reconciliación entre pueblos.

Hoy, la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla (ROSS) arrima el hombro y nos deleita desde casa con su versión de esta pieza cargada de tanto simbolismo. Una ROSS que ha experimentado en sus propias carnes el abismo de la extinción, aunque gracias a su talento y al apoyo de su público, sigue viva para acompañarnos en momentos tan críticos abriendo mentes y reencontrando corazones.

Plumilla por vocación, he trabajado en radio, televisión y prensa on line. Profundamente europeísta y convencida de que el Periodismo es el motor de cambio de la sociedad y hay que salvaguardarlo. Para...