La Fundación Alberto Jiménez-Becerril ha entregado este sábado su VI Premio contra el Terrorismo y la Violencia al cardenal sevillano Miguel Ayuso Guixot. / Ayto.

La Fundación Alberto Jiménez-Becerril ha entregado este sábado su VI Premio contra el Terrorismo y la Violencia al cardenal sevillano Miguel Ayuso Guixot por su experiencia en zonas de conflicto y en su resolución. Posee una amplia trayectoria centrada en la ayuda a las víctimas de la guerra y el terrorismo.

La Fundación contra el Terrorismo y la Violencia Alberto Jiménez-Becerril ha entregado hoy el VI Premio contra el Terrorismo y la  Violencia Alberto Jiménez Becerril al sacerdote sevillano y cardenal Miguel Ayuso Guixot por su dilatada experiencia en zonas de conflicto y en la resolución de éstos a través del diálogo interreligioso. El acto, al que han asistido, entre otras personalidades, el alcalde de Sevilla y presidente de honor de la Fundación, Juan Espadas; la presidenta de la Fundación, Teresa Jiménez-Becerril; su vicepresidente, Joaquín Castillo; su secretario, Fernando Manuel Gómez, y el arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo, ha tenido lugar en el Ayuntamiento de Sevilla.

Este sacerdote,  perteneciente a los Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús, nació en Sevilla en 1952, fue ordenado sacerdote en 1980 y estuvo en misiones hasta el 2002. Su labor la desarrolló siempre en zonas de conflicto entre Egipto y Sudán, país éste último en el que la guerra y el terrorismo han dejados cientos de miles de víctimas y donde los niños son obligados a combatir.

Con esta distinción, la Fundación quiere reconocer su servicio en África ayudando a las víctimas en situaciones de máxima tensión de guerra y terrorismo. Pero también quiere poner el acento en su empeño por servir de puente en el diálogo interreligioso. Por este motivo, el Papa Benedicto XVI lo nombró en 2012 como Secretario Pontificio para el Diálogo Interreligioso. En 2019, el Papa Francisco lo designó para el cargo de Presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso y, además, fue también nombrado cardenal en 2019.

Teresa Jiménez-Becerril ha afirmado que es “un honor entregar este  premio que recuerda la memoria de Alberto y Ascen 22 años después de su asesinato al Cardenal Miguel Ayuso, un hombre que, a pesar de su importantísima labor como intermediador de conflictos interreligiosos, prefiere considerarse siempre un misionero comboniano y que siempre ha trabajado en zonas difíciles, en zonas de conflicto como Egipto y Sudán, ayudando a los que más padecían sus efectos”.  Así, ha animado a seguir trabajando para combatir el radicalismo y ha resaltado la importancia de la fe en Dios como instrumento de paz, “de ahí la importante labor del cardenal y de tantos religiosos que intentan llevarla por el mundo”.

Por su parte, Juan Espadas ha destacado también la trayectoria del cardenal Ayuso. “Es un gran honor recibirle en nombre de nuestra fundación, que un año más se cita para recordar la memoria de Alberto y Ascen, para recordar ese trágico día, lo que supone volver a no comprender cómo pudo suceder, pero también se convierte en una oportunidad de buscar una referencia, un ejemplo, alguien en quien mirarnos para comprender cómo se construye la paz, alguien, un hombre de paz, que con su trabajo contribuye a todo lo contrario a lo que se hizo aquel 30 de enero”, ha señalado.

Por su parte, durante la recogida del premio, el cardenal Ayuso ha asegurado “sentirse honrado y emocionado por recibir este galardón” y ha afirmado que la violencia es algo “que no queremos para nuestra ciudad ni para ningún lugar del mundo porque no es la violencia, no es la guerra, no es el terror, sino la paz la que es realmente santa”. Durante su discurso ha recordado la memoria de Ascen y Alberto y ha extendido su recuerdo y homenaje a “todas las víctimas de la intolerancia y la sinrazón”. “Este es un llamado para trabajar por una cultura de la paz y de la convivencia que es la única con la que podemos combatir el terrorismo”, ha añadido.