El primer paciente andaluz en beneficiarse es un hombre de mediana edad que sufría un tumor cerebral junto a estructuras nerviosas, lo que elevaba el riesgo de sufrir graves secuelas de movilidad y sensitivas tras la intervención

Neurocirujanos del Hospital Universitario Virgen del Rocío han empezado a utilizar modelos 3D de las lesiones que han de extirpar en quirófano para planificar complejas cirugías de un modo más preciso y poder así garantizar que eliminan todo el tejido maligno o dañado sin afectar a las zonas sanas. Los pacientes se benefician de este modo de intervenciones más seguras en las que se minimizan los riesgos de secuelas sobre la movilidad o sensibilidad.

El primer paciente andaluz que se ha operado incluyendo el modelo 3D en el estudio anatómico personalizado de su caso es un hombre de mediana edad que padecía un tipo de tumor cerebral denominado glioma que estaba en íntimo contacto con una estructura nerviosa fundamental, el haz cortico-espinal de la vía piramidal, ya que lleva la movilidad del hemicuerpo izquierdo.

En este caso se recreó el cráneo y el cerebro del paciente, la lesión tumoral y el haz cortico-espinal, aplicando diferentes texturas y colores para facilitar su análisis y apoyarse en este para la estrategia a seguir en la intervención. Además, y dentro del quirófano, los especialistas utilizaron dispositivos de imagen y monitorizaron al paciente para controlar a tiempo real la cirugía. Todo ello permitió una resección muy amplia de la lesión sin causarle ninguna secuela, por lo que recibió el alta a los tres días.

Los gliomas de bajo grado se incluyen dentro de los tumores de grado I y II del Sistema Nervioso Central y representan sobre el 15% de los tumores cerebrales del adulto y el 25% en los niños, siendo más frecuentes en estos los de grado I.

El paciente padecía un glioma de grado II, que son un grupo heterogéneo de tumores entre los que se incluyen los astrocitomas y los oligodendrogliomas y que, gracias a los avances en el estudio molecular de estas lesiones, y su clasificación en función de las mismas, en la actualidad permiten un mejor conocimiento de su pronóstico, así como del mejor tratamiento posible en cada caso.

Los síntomas clínicos más habituales (en el 50-80%de los casos) son las crisis epilépticas. Otras formas de presentación son las cefaleas o los déficits neurológicos derivados de la localización de la lesión o de su tamaño.

Con frecuencia estas lesiones se encuentran en íntimo contacto o involucrando áreas elocuentes del cerebro (áreas con funciones importantes desde el punto de vista neurológico), por lo que su tratamiento quirúrgico puede provocar secuelas o déficits severos desde el punto de vista de la movilidad, el habla, la memoria u otros aspectos relevantes para la calidad de vida del paciente. Es por esto que en el estudio de este tipo de lesiones a veces es imprescindible completar el estudio de imagen estandard de Resonancia Magnética con estudios funcionales, que ayudan a saber dónde se encuentran las áreas funcionales del cerebro en relación con el tumor. De esta forma, los especialistas pueden predecir también las posibilidades de resección completa o subtotal, así como la estrategia a seguir para intentar eliminarlo de una manera segura.

Esto es debido a que el pronóstico de este tipo de lesiones depende en gran medida del grado de resección quirúrgica de la lesión que logren. Por este motivo, el equipo de especialistas utiliza tecnología intraoperatoria avanzada de imagen (RM IOP, TC IOP, ECO-IOP) o la monitorización neurofisiológica en el mismo quirófano. Esto les permite valorar la función motora del paciente mientras eliminan el tumor, por ejemplo. De hecho, esta circunstancia que se da cuando se plantea una cirugía con el paciente despierto para comprobar las funciones del lenguaje. Así, permiten una resección lo más amplia posible minimizando los riesgos de déficits neurológicos.

La novedad en este caso es que la preparación quirúrgica y el estudio de este tipo de lesiones se ha desarrollado tecnología 3D que permite realizar un estudio anatómico individualizado. De esta forma, los neurocirujanos recrean un modelo 3D del paciente con su anatomía propia, la lesión y las zonas elocuentes que queremos preservar. Esto les ayuda a entender mejor su disposición en las tres dimensiones y a elegir la forma de abordar la lesión, aumentando así la seguridad del paciente.

Por último, destacar que el tratamiento de los gliomas es multidisplinar, ya que en muchas ocasiones requieren, además de la cirugía, tratamiento oncológico tanto radioterápico como quimioterápico para obtener una mejor supervivencia.