Cuadernos en blanco, lápices recién afilados, nuevos libros de texto de los que aprender… La vuelta al cole también se vive en el Hospital Universitario Virgen Macarena, de manera que esta semana ha tenido lugar el comienzo del curso de los alumnos de Educación Secundaria. Aunque el principal objetivo de un hospital es recuperar la salud, este centro sanitario permite, a través de su Aula Hospitalaria, que los menores de primaria y secundaria ingresados, puedan seguir progresando en su evolución formativa. En el curso pasado más de 700 alumnos, cuyo ingreso fue superior a un día, hicieron uso de este servicio que evita aliviar la interrupción curricular de los estudiantes de primaria y secundaria.

El Aula Hospitalaria del Hospital Universitario Virgen Macarena, creada mediante convenio de colaboración suscrito por el Servicio Andaluz de Salud y la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía en 1988, es gestionada por tres profesoras, especializadas en Educación Infantil, en Educación Especial y en Logopedia. Éstas, para organizar su día a día, se sirven “cada mañana de un documento que nos facilitan desde el Departamento de Admisión, en el que se nos informa de los alumnos que siguen ingresados y de los que le dieron el alta hospitalaria. Cuando vemos nuevos ingresos de posibles alumnos, vamos a informar a las habitaciones para dar a conocer a las familias la existencia de esta aula, que mucha gente no sabe que existe. De esta forma se les informa de dónde estamos ubicadas y cuál es nuestro servicio”, aduce Loli Ruíz, una de las docentes.
La impartición de las clases es totalmente flexible debido a la variedad de los motivos de ingreso de los pacientes que son susceptibles de ir al cole dentro del hospital. “Incentivamos que bajen todos los que puedan. Aunque en aquellos casos en los que no pueden acudir al aula, nos organizamos entre las tres para subir a las habitaciones y estar también en el Aula Hospitalaria. Cuando son estancias medias y largas nos ponemos en contacto con el tutor de su centro educativo para realizar el seguimiento docente, para una vez que termine el ingreso pueda incorporarse al curso”, esgrimía Loli Ruíz. Con ello no sólo se intenta que a la postre el desfase curricular sea mínimo, “más allá de la continuidad académica, con este servicio se intenta normalizar el ingreso, que siempre es un hecho traumático”, nos advertía Begoña Díaz, otra de las maestras.

El itinerario formativo de esta Aula Hospitalaria, cuyo horario y calendario es como el de cualquier otro colegio, se caracteriza por tener un cariz más práctico y creativo. “Las actividades que se realizan en el aula son muy lúdicas, hacemos muchos talleres, de cocina por ejemplo. Actualmente estamos haciendo uno relacionado con el quinto centenario de la vuelta al mundo de Magallanes. Sin dejar de lado el seguimiento curricular se intenta intercalar muchas manualidades” decía Pepi López, la docente más reciente en incorporarse al servicio.

Este espacio formativo, que se complementa con un programa pionero para el paciente en edad infantil (Programa Diver), y que actúa en coordinación con los servicios sanitarios propios del Hospital Universitario Virgen Macarena, busca ofrecer una atención integral al paciente en edad escolar obligatoria, disminuyendo el impacto emocional de un ingreso hospitalario y reduciendo la inseguridad del alumnado en su futura incorporación al centro educativo de referencia.