Supermercado / Archivo SA

Este jueves 5 de septiembre, 20 militantes del SAT se enfrentan a un nuevo juicio por la «expropiación» de comida realizada en un Mercadona en 2012: se llevaron varios carros de alimentos sin pagar. Fiscalía y acusación particular piden un año y medio de cárcel para cada acusado.

Los hechos ocurrieron en el verano de 2012, cuando miembros del Sindicato Andaluz de Trabajadores llevaron a cabo lo que defienden como «acciones de expropiación» en el Mercadona de Écija (Sevilla) y en el Carrefour de Arcos de la Frontera (Cádiz), de forma simultanea. Desde el SAT defienden también que en ninguno de los dos casos «se empleó violencia alguna, los carritos de comida salieron rápidamente por la puerta sin que los guardias de seguridad reaccionaran a tiempo para impedirlo». «En Arcos, Carrefour decidió no denunciar y asumir la «entrega» de los alimentos. En cambio, Mercadona, denunció acusándonos de robo con fuerza», protestan.

Portestas contra la «crisis capitalista»

Desde el sindicato han señalado como explicación de los hechos que «Andalucía afrontaba entonces los golpes más duros de la crisis capitalista: un millón y medio de personas en paro, 300.000 familias no tenían ningún tipo de ingreso, decenas de desahucios cada día, largas colas en comedores sociales, un 30% de nuestra infancia no podía tener una alimentación adecuada y necesaria…».

En julio de ese mismo año también se ocuparon ayuntamientos y oficinas de empleo «exigiendo a los gobiernos, tanto el central como el autonómico, un plan de empleo especial que creara trabajo en nuestros pueblos». Se ocupó también la finca militar de las Turquillas durante más de 20 días exigiendo que sus 1.200 hectáreas se pusieran a funcionar y generaran empleo en la comarca. Meses antes, en marzo, se había ocupado también la finca pública de Somonte para impedir su privatización, que actualmente ha sido reocupada tras un nuevo desalojo.

Entrega de los alimentos a La Corrala Utopía

«Se nos acusa de robo. Cuando se roba se pretende obtener un beneficio o un lucro de ese robo. Los alimentos de primera necesidad, con un valor monetario mínimo, fueron entregados con luz y taquígrafos, con los medios de comunicación delante, en La Corrala Utopía, un bloque de viviendas que fue ocupado durante meses por familias sin hogar y sin recursos», han remarcado desde el SAT.

Desde el sindicato han concluido indicando que «aquellas acciones pusieron en el punto de mira la realidad que se estaba ocultando durante años y que padecían en silencio millones de personas».