El matrimonio permaneció desde la mañana de ayer a las puertas del Colegio María Auxiliadora, para asegurarse de que eran los primeros solicitantes de la plaza.
Dicen que el amor de unos abuelos por sus nietos es incomparable, y este es sin duda un ejemplo que lo ilustra. Dos abuelos permanecieron desde ayer por la mañana a la intemperie en la puerta del Colegio María Auxiliadora, con el único fin de que su nieto se matriculara en dicho centro concertado para realizar el primer curso del segundo ciclo de Infantil.
Como era de esperar, el hecho ha provocado la sorpresa del personal del centro. Solo quedaba una plaza, debido a la renuncia de la familia agraciada por traslado de residencia. Los abuelos no se lo pensaron, sabedores de que el primer solicitante se haría con ella, según los criterios de selección.
El trámite se llevó a cabo hoy miércoles, fecha en la que todo el sacrificio se vio recompensado. Fueron los primeros, pero durante el día de ayer fueron personándose otras en busca de esa última plaza, aunque acabaron desistiendo. Hoy, minutos después, una mujer acudió para solicitarla; en condiciones normales, quizá, lo habría conseguido.