Salvador Távora por Antonio Acedo/ Premios Max

Salvador Távora ha fallecido esta noche en la ciudad en la que nació hace 88 años: Sevilla. El creador y renovador del teatro andaluz ha dicho adiós a la vida en su barrio del Cerro del Águila de la capital hispalense.

Con una trayectoria sobre los escenarios de más de cuatro décadas, su experiencia como mecánico de una fábrica de tejidos, como torero y su concepto del flamenco y su función social han provocado en el creador versatilidad como autor, dramaturgo, actor y director, uno de los más influyentes en la escena andaluza e internacional desde la década de los años 70.

“Yo soy un andaluz trágico, casi un andaluz, como decía Lorca, de la vida y de la pena”, introduce Távora, que ha plasmado en su perspectiva teatral su experiencia de comunión entre el riesgo y arte del toreo. El entorno del barrio donde vive, el taller, los ruedos y su manera de entender el flamenco como reflejo de la situación social de su tierra, acumularon en él un caudal de vivencias.

Sus orígenes en el mundo del teatro se remontan a finales de los sesenta, cuando el crítico teatral José Monleón lo requiere para formar parte del Teatro Estudio Lebrijano “por su singular forma de entender la expresión andaluza”. Ello le hizo participar en 1971 en el Festival Mundial de Teatro de Nancy, en el elenco de Oratorio, donde ya introduce el flamenco como un elemento de comunicación equiparable al texto, la acción y el gesto.