Imagen de un montadito
Imagen de un montadito

La costumbre de tomar una pequeña porción de alimento con la bebida forma parte del acervo y ha ido tomando diferentes formas a lo largo de los siglos.

Los expertos se retrotraen al siglo XIII para tomar como referencia una suerte de primer “protomontadito” que surgió de la mano de una normativa real que exigía añadir algo de comida junto con el servicio de vino en los mesones.

Desde aquel hito marcado por Alfonso X el Sabio, un rey muy vinculado con Sevilla, la historia ha ido regalando capítulos que muestran la evolución de una forma de comer que transciende el mero hecho gastronómico, y sobre la que Sevilla tiene un papel pionero y emblemático.

La tradición de los bocados ligeros y sabrosos reivindica la figura del pan, otro punto más para evocar la tradición de calidad de los montaditos sevillanos.

Un estudio pionero que verá la luz en los próximos meses, ahondará en todos estos detalles, así como en otros aspectos interesantes vinculados al mundo del tapeo. Desde las modalidades utilizadas para publicitar los lugares de la tapa, pasando por los versos vertidos por los literatos de la época, hasta los cuadros costumbristas que hoy nos sirven como un espejo de la relevancia social de una forma de comer que ha traspasado nuestras fronteras.

Para descubrir la transcendencia social de su buque insignia, 100 Montaditos, Grupo Restalia ha encomendado a los historiadores Carlos Martínez Shaw y Manuel Peña (Instituto Ataranzas) analizar las raíces del tapeo y de su variante el montadito fuertemente arraigados en Sevilla.