Ángel Boza /SA
Ángel Boza /SA

El juez de lo Penal número 10 de Sevilla ha dejado visto para sentencia el juicio contra Ángel Boza, uno de los cinco miembros de ‘La Manada’ por un presunto delito de robo con violencia de unas gafas de sol en un centro comercial de Nervión. La Fiscalía pide cuatro años de cárcel para el acusado, mientras que este se disculpó diciendo que «ha sido una absoluta gilipollez».

Los hechos ocurrieron el 1 de agosto en el Corte Inglés de Nervión, cuando Boza, como ha admitido en su declaración, robó unas gafas de sol y en su huida supuestamente embistió a dos vigilantes del establecimiento con su coche mientras salía del parking. Por estos hechos, el acusado se encuentra actualmente en prisión provisional y que ha negado en el interrogatorio de hoy.

El acusado ha manifestado al hacer uso de su derecho a la última palabra que está «muy arrepentido» porque lo relatado le parece «una absoluta gilipollez». «Pedir perdón a mi familia, que lo estamos pasando muy mal, y a la sociedad», ha manifestado en su intervención.

La acusación particular, que ejerce uno de los vigilantes, pide dos años y medio de cárcel, mientras que la defensa del acusado niega que haya habido violencia al alegar que «no ha quedado acreditado el intento de atropello» y, por lo tanto, pide que se rebaje la acusación a un delito de hurto y que sólo se imponga una multa como condena, cuya cantidad sea «la que estime su señoría», según ha manifestado Agustín Martínez Becerra, el abogado del acusado.

Este miembro de ‘La Manada’ se enfrenta además al pago de una multa de 300 euros por un delito leve de lesiones a los guardas jurado del centro comercial donde robó, así como que, en concepto de responsabilidad civil, pague una indemnización de 232 euros a uno de los dos vigilantes que la ha exigido.

Según ha expuesto uno de ellos, que ha participado como testigo en el juicio, el día del robo, tras recibir el aviso por el servicio de comunicación interna de que una persona se disponía a abandonar el centro comercial en su coche tras haber robado unas gafas, se dirigió a la salida del parking, donde vio como esta persona –Boza– «amagó» con embestir a otro compañero, por lo que este se apartó para evitar ser atropellado y recibió un golpe en la
mano con el retrovisor izquierdo del turismo.

El testigo añadió que se encontraba en medio del carril para obstaculizar la salida del vehículo, pero que tras ver como el conductor no tenía intención de parar, se apartó, lo que no evitó que fuera embestido en el abdomen. En concreto, el que ha relatado esta versión es el guarda que ha solicitado la indemnización de 232 euros.

Tras cometer el robo, que la defensa no ha negado, Boza fue interceptado en la Puerta de la Carne por una patrulla de la Policía Local que había recibido un aviso por los hechos de la empresa seguridad del centro comercial. Uno de los agentes de dicha patrulla ha explicado en calidad de testigo que en el momento de la detención, Boza llevaba puestas unas gafas de sol, y que al ser preguntado por un atropello a los guardas jurado, explicó que «no se paró
porque tenía la música alta» en su huida, desconociendo si alguien le dio el alto en el parking.