Cosette Franco, directora ejecutiva del título / UPO

Ante el preocupante incremento de los casos de agresiones de hijos a padres, un fenómeno que ha cuadruplicado su incidencia en los últimos cinco años, la Universidad Pablo de Olavide ha puesto en marcha la primera edición del título de experto ‘Intervención en violencia filioparental’, gestionado por el Área de Formación Permanente de la Fundación UPO. Por  cada cuatro denuncias que se interponen ante la Fiscalía de Menores, una viene motivada por violencia filioparental.

Dotar de conocimientos, habilidades y actitudes para la intervención integral del problema social que supone la violencia filioparental es el objetivo principal de este curso que comenzó el pasado viernes 9 de noviembre y que se extenderá hasta el próximo 29 de junio de 2019. Asimismo, el alumnado tendrá la oportunidad de conocer la problemática de la violencia filioparental, la puesta en práctica de distintas competencias y herramientas para la intervención integral de la misma y el desarrollo de una actitud constructiva y profesional respecto al abordaje de la intervención socioeducativa en ámbito familiar.

Entre los temas que se abordarán en este título figuran los diferentes estilos educativos, el análisis de tipologías violentas en adolescentes, los factores de riesgo, el nuevo perfil del menor infractor, la respuesta judicial, la inteligencia emocional o la mediación intergeneracional, entre otros.

Cosette Franco expone que la educación ha ido convirtiéndose en un espectáculo, más que en un proceso, que implica a la familia en particular y, a la sociedad en general. “Muchas familias, normalmente en silencio, padecen problemáticas diversas con el denominador común de tener hijos e hijas preadolescentes, adolescentes y jóvenes con problemas para canalizar sus emociones”. Jóvenes cada vez más dependientes de las nuevas tecnologías, víctimas de acoso escolar, que no pueden alcanzar patrones estéticos de una sociedad cada vez más exigente y un largo etcétera de situaciones que se traducen en “falta de atención, falta de vocación o desinterés, irritabilidad, baja autoestima, aislamiento y carencia de grupos de amistades, incluso, en muchos casos, derivando en distintos modelos de violencia filioparental, intrafamiliar, de género y doméstica”.

El problema es importante, puesto que la violencia filioparental registra anualmente unos datos que “aumentan de manera vertiginosa”, hasta llegar a las 5.000 denuncias anuales ante la Fiscalía, lo que supone una media de 96 denuncias cada semana por este motivo. No obstante, “ni las cifras más altas reflejan realmente la cruda realidad a la que están sometidas estas familias, ya que sólo son la punta del iceberg. Dicho de otro modo: el factor emocional –lo que supone para el amor de unos padres reconocer que existe un conflicto latente con su propio hijo- juega un peligroso papel que limita la visibilidad de este problema social”, subraya.

Para solucionar estos problemas, desde el Método Mentoris se apuesta por el poder transformador de la educación para que ésta deje de ser patrimonio exclusivo de la escuela y tomar los distintos ámbitos de la vida: individual, familiar, social, profesional y comunitario.