Las elecciones municipales de la capital hispalense a lo largo de su historia democrática si por algo se han caracterizado es por la facilidad de mutación en sus formas de gobierno.
Diistintas combinaciones de coalición entre partidos se han producido a causa de que los sevillanos no son de confiarle la hegemonía a ningún partido político. Al menos hasta el año 2007, en el que desapareció por primera vez el Partido Andalucista del Ayuntamiento y el bipartidismo PSOE-PP se acentuó en Sevilla.
1979-1983
En unas primerizas elecciones en 1979, los sevillanos delegaron su confianza a Luis Uruñuela con ocho concejales para el Partido Socialista Andaluz (PSA), pero no gobernaría solo al conseguir otros ocho concejales el PSOE y seis el Partido Comunista Español (PCE). Mientras que el candidato de la oposición Rafael López Palanco, miembro de UCD, obtuvo únicamente los votos de los nueve concejales de su partido.
Comenzó así la primera legislatura democrática marcada por una gestión condicionada por los insuficientes recursos económicos de que disponía la Corporación Municipal. Por lo que Uruñuela fue firme defensor de una reforma de la Ley de Régimen Local. Además impulsó la continuidad de las obras del metro (ya iniciadas), paralizó los derribos de edificios para antes catalogarlos si las construcciones formaban o no parte del patrimonio artístico de la ciudad, y es padre y creador de Sevilla Este, uno de los barrios más poblados de la ciudad.
1983-1991
El relevo lo tomó Manuel del Valle Arévalo (PSOE) siendo el único alcalde que ha conseguido mayoría absoluta con 19 concejales. Sin embargo, Alianza Popular (AP) entró en el juego electoral con fuerza (10 concejales) mientras que la coalición IU-PCE pierde fuelle obteniendo tan solo 2 concejales.
El alcalde prolonga su mandato cuatro años más en las elecciones de 1987 esta vez con mayoría simple al estar más repartidos los votos obteniendo así PSOE 13 concejales, PA castigado en la última llamada a las urnas logra 7, la presencia de AP desciende a 8 concejales e IU más o menos se mantiene con 3. Del Valle en su gestión paralizó las obras del metro ya que el antiguo proyecto trazaba un tamo de túnel por debajo de la Catedral, lo que podría suponer un peligro para el mayor emblema de la ciudad.
Inauguró la estación de trenes de Santa Justa y la nueva terminal del aeropuerto de San Pablo, además de insertar nuevos puentes en el paisaje que dibuja el río Guadalquivir. Todas estas obras fueron impulsadas por la celebración de la Exposición Universal de Sevilla, acontecimiento que trajo modernidad y desarrollo a la capital.
1991-1995
Alejandro Rojas-Marcos, tras la impactante campaña ‘Yo amo Sevilla’, logró arrebatar la Alcaldía a los socialistas, que consiguieron 12 concejales, gracias a un pacto entre el Partido Andalucista (9 concejales) y el Partido Popular (8 concejales). Izquierda Unida es la gran derrotada, ya que no consigue superar la pareja de concejales.
Este pacto se repitió en las elecciones de 1995, pero Rojas-Marcos, con 9 concejales, esta vez ocupó el puesto de Teniente Alcalde, relevándolo Soledad Jiménez Becerril (PP) en la Alcaldía con 10 representantes. El Partido Socialista ve disminuido en dos sus concejales quedándose con un total de 10 mientras que IU reflota con un par más (4 representantes).
Estas legislaturas se ven marcadas por el debate de la creación del Estadio Olímpico finalmente inaugurado en 1999, que aunque no ha logrado ser Olímpico ha servido para ser el espacio multiusos de la ciudad en temas deportivos y culturales. Rojas-Marcos además peatonalizó la calle Tetuán y propuso Asunción, proyecto que no llegó a su fin.
1999-2011
En 1999, la lista socialista que encabeza Alfredo Sánchez Monteseirín obtiene 12 concejales. Tras acuerdo de gobierno entre el Partido Socialista Obrero Español y el Partido Andalucista, Monteseirín es investido como alcalde de Sevilla, arrebatándole así la alcaldía a Soledad Jiménez Becerril que obtuvo 13 representantes. Izquierda Unida vuelve a registrar baja representación contando de nuevo con 2 representantes.
En las elecciones municipales de 2003, Alfredo Sanchez Monteseirín de nuevo como cabeza de lista obtiene la mayoría suficiente con 14 concejales, dos más que en 1999. Aquí es donde comienza su andadura con Paula Garvín al hacer coalición PSOE e IU, éste último con tan sólo 3 concejales. Se configura un nuevo gobierno municipal, con el pacto PSOE-IU, y Paula Garvín plantea el reto de dotar a Sevilla de una red de carriles bici y se transformaron 120 km de la vía pública en 4 años.
Para las municipales de 2007 se volvió a repetir la coalición con IU dejando con la miel en los labios a Juan Ignacio Zoido, actual alcaldable del Partido Popular, ya que ambos consiguieron 15 concejales, de hecho el PP obtuvo más votos. IU de nuevo con 3 representantes logra que su número uno en Sevilla, Antonio Rodrigo Torrijos, se coloque como Teniente Alcalde y trabaje junto a el alcalde más veterano del Consistorio.
Torrijos ha apostado por la transformación urbana de la ciudad. Se encargó de seguir la senda de su predecesora Paula Garvín, impulsando el empleo de la bicicleta como medio de transporte. La implantación del carril bici y del servicio público de alquiler de bicicletas, Sevici, ha inundado de ciclistas las calles sevillanas.
El largo legado de Monteseirín es difícil de resumir, sin serle demasiado simpático a la opinión pública consiguió lo que aún no ha conseguido ningún otro alcalde, perdurar tres legislaturas. Sin duda alguna su mano por Sevilla se ha notado con más o menos agrado por parte de los ciudadanos, pero deja una ciudad distinta a la con que se topó.
Es el alcalde de las ‘setas’ pero también de las peatonalizaciones, de la restauración de la Alameda de Hércules, del metro y tranvía y de la restricción del tráfico por el casco histórico. El pasado año renunció a la reelección para las municipales relegando la candidatura en Juan Espadas. El fin de un ciclo es inminente y sólo queda esperar que sea quien sea el nuevo alcalde de la legislatura 2011-2015 traiga aires nuevos que logren arrastrar el lastre de la corrupción y la crisis que acecha no sólo a Sevilla sino al país entero.