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Los síntomas: rinitis, conjuntivitis o la congestión nasal y las crisis asmáticas, multiplican su afección estos días entre los pacientes al haber mayores índices de polen en el aire. El equipo de alergología de la Universidad de Sevilla advierte de que la primavera se presenta «mal» para los alérgicos polínicos debido a las abundantes lluvias del invierno, que originaron una «gran cantidad de polen de gramíneas y olivo».

Sevilla Actualidad. El especialista en Alergia-Alergología de la hispalense, Antonio Conejero Ramos, explicó que «un año bueno en lluvias, supone más abundancia de pólenes y mayor intensidad y frecuencia de los síntomas alérgicos».

El doctor Conejero Ramos advierte que cada año «parece que hay más personas alérgicas», sin embargo el paciente polínico «depende mucho de la estación». 

Así, el año pasado el paciente polínico -alérgico al polen- estuvo casi asintomático, y sin embargo este año ,debido a que las precipitaciones han sido escasas durante toda la primavera, hay una oferta polínica bastante intensa, especialmente de polen de gramíneas y olivo, que incide de manera notable en este tipo de pacientes. Por ello, esta primavera se presenta «mal» para los pacientes alérgicos al polen.


La congestión nasal con síntomas más severos puede evolucionar hasta el asma.


En cuanto a la presentación de los síntomas, el especialista concretó que el alérgico comienza a presentar los primeros síntomas desde «edades infantiles» como puede ser la congestión nasal, y no es hasta que tienen «entre los 13 y los 30 años» cuando estos síntomas se intensifican. En el caso de la congestión nasal, los síntomas pueden ser más severos y evolucionar hasta el asma en algunos pacientes. A partir de los 30 años van remitiendo.

Los síntomas pueden resultar insoportables para los pacientes hasta el mes junio, y pueden ir desde la rinitis o conjuntivitis alérgicas, hasta las crisis asmáticas, que se origina por la alta concentración de polen en el aire, y es uno de los principales casos que estos días se asisten en urgencias.

También incide en la aparición de los síntomas la predisposición alérgica de los progenitores. Así, si sólo uno de los progenitores es alérgico la probabilidad de que cada hijo sea alérgico es del «20 por ciento».

Si son «los dos padres» alérgicos, la probabilidad aumenta al «40 por ciento» explican desde el departamento de alergología de la hispalense, mientras que el en caso de que ambos progenitores tengan «la misma entidad clínica» cada hijo puede tener «un 70 ó 75 por ciento» de probabilidad de padecer alguna afectación alérgica.

«La predisposición alérgica y el factor ambiental son los que ejercen la influencia sobre el paciente», apuntó este especialista, y recordó que para controlar la enfermedad «lo primordial es el régimen de vida» de los pacientes.

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