Para el estudio se capturaron un total de 2043 gorriones, principalmente juveniles, nacidos en 45 localidades de las provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz.

Un equipo de la Estación Biológica de Doñana (EBD), centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Sevilla, ha comprobado en un estudio que las aves tienen una peor condición corporal a medida que aumenta el grado de urbanización del lugar donde viven. En la investigación también ha participado el Ciber de Epidemiología y Salud Pública y los resultados han sido publicados en Science of the Total Environment.

Para el estudio se capturaron un total de 2043 gorriones comunes, principalmente juveniles, nacidos esa misma primavera en 45 localidades de las provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz. Las capturas se realizaron en tres tipos de zonas distintas: áreas urbanas con alta densidad de personas; áreas rurales con alta densidad de especies de interés ganadero y áreas naturales con mayor conservación. Las aves silvestres fueron medidas y pesadas para estimar la condición corporal de las aves, medida que corrige el peso de los individuos en función de su tamaño. También se tomó una pequeña muestra de sangre con la que se identificó su estado de infección por parásitos sanguíneos de la malaria aviar usando métodos moleculares.

Apunta Jéssica Jiménez Peñuela, investigadora de la EBD y autora principal del estudio, que “estos parásitos son similares a los que producen la malaria humana y también se transmiten por mosquitos, pero a diferencia de estos, no afectan a las personas sino que circulan exclusivamente entre aves”. Otro de los hallazgos de la investigación fue que las aves de áreas urbanas infectadas por parásitos sanguíneos mostraron una condición corporal mayor que aquellas no infectadas. Este resultado podría explicarse por la previa desaparición selectiva de los ejemplares infectados que contaban con una condición corporal inferior, es decir, aquellas aves de áreas urbanas con una condición corporal menor fueron incapaces de lidiar con los aspectos adversos inducidos por la infección y la urbanización del medio.

Enfatiza Jiménez Peñuela que “los resultados obtenidos confirman el impacto negativo de la urbanización del medio en el estado de salud de las aves, encontrándose aves con una menor condición corporal en las áreas con un mayor índice de urbanización, lo que puede deberse, al efecto adverso de los contaminantes o a una alimentación deficiente. Por el contrario, las aves de áreas rurales, especialmente los juveniles, presentaron una mayor condición corporal, lo que podría deberse a una mayor disponibilidad de alimento de mayor calidad en éstas áreas. Además, los juveniles urbanos de gorrión infectados por parásitos de la malaria aviar presentaron una mayor condición corporal frente a los no infectados. Estos resultados podrían indicar una mayor mortalidad de aves infectadas y con menor condición corporal, debido a su incapacidad de hacer frente a los costes conjuntos de la infección y del medio urbano”.

El estudio fue financiado parcialmente por fondos de investigación de Proyectos de Excelencia de la Junta de Andalucía y del Ministerio de Ciencia e Innovación, el programa Leonardo de la Fundación BBVA y la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno.