Juzgados de Sevilla
Audiencia Provincial de Sevilla / SA

La Fiscalía de Sevilla ha solicitado seis y cinco años de prisión para dos varones como presuntos autores de un delito de robo con intimidación y uso de arma y un delito de detención ilegal de un trabajador de un centro veterinario  en Sevilla. Los hechos, que acontecieron en noviembre del año pasado, han sido juzgados este jueves en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Sevilla.

Ya el pasado mes de abril, la Policía Nacional detuvo a los dos acusados por su participación en el robo con violencia y la detención ilegal. Uno de ellos era exempleado del centro veterinario. Según la Policía, los hechos ocurrieron en el mes de noviembre de 2017 cuando la víctima, un empleado de mantenimiento de la clínica, se disponía a empezar su jornada laboral.

El día de los hechos, la víctima abrió la verja del local y después de acceder al cuartillo de interruptores para iluminar el local fue asaltado por dos personas que cubrían sus rostros con gorros y bragas para el cuello. Tras amenazarle con  un destornillador, lo tendieron al suelo donde fue maniatado con bridas, extrayéndole su dispositivo móvil y las llaves de su vehículo, que emplearon más tarde para huir.

Con la víctima inmovilizada, los acusados  se apropiaron de 7.000 euros en metálico. La víctima quedó maniatada y encerrada en el cuartillo de los interruptores, donde permaneció incomunicada durante casi dos horas, hasta que llegaron el resto de trabajadores que comenzaban su turno a las 08,00 horas.

Ante la gravedad de los hechos, los agentes iniciaron de inmediato un dispositivo para la identificación de los autores. Para ello, se apoyaron en el análisis de la información aportada por la víctima, las imágenes de las cámaras de seguridad que registraron todo el suceso y diversas gestiones. Tras esto, los agentes consiguieron identificar con seguridad a uno de los hombres como autor del robo, siendo determinante para ello la forma de andar, complexión física y el tono de voz que se extrajeron de las grabaciones de las imágenes recogidas y reconocidos por los dueños del centro.

El detenido era un exempleado de la clínica veterinaria, que fue despedido por apropiarse de 1.000 euros. Además un mes antes se había producido otro robo en el mismo establecimiento en el que se utilizó para acceder al local una copia de llave y del que se sospechó de ese extrabajador.

Más tarde, en la inspección ocular realizada en el lugar de los hechos por los agentes de policía científica, pudieron recuperar vestigios lofoscópicos y biológicos, que confirmaron la identidad del antiguo empleado.

De forma paralela, otra línea de investigación trataba la identificación del segundo de los autores; desplegándose el pasado día 10 de abril un dispositivo policial que culminó con las dos detenciones, una en la barriada de las Tres Mil Viviendas y otra en el Polígono Norte.

A ambos detenidos, poseen un amplio historial de detenciones por robo con intimidación y robo con fuerza y ya pasaron a disposición judicial, todo ello en el marco de una investigación policial y dispositivo llevado a
cabo por el Grupo de Atracos de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Sevilla.

Niegan las acusaciones

Durante el juicio, que ha quedado visto para sentencia, los acusados han negados los hechos, según ha informado el abogado José Antonio Bosch, que ejerce la defensa de uno de los enjuiciados. Ambos acusados se encuentran en prisión provisional desde hace unos siete meses.

En contra de uno de los acusados constan como pruebas acusatorias las grabaciones y la existencia de ADN en una brida empleada y en la palanca de cambio del vehículo de la huída. En el caso del otro acusado, también coincide la existencia de ADN en una de las bridas. En su defensa, tanto él como su mujer han explicado que la coincidencia se justifica porque él vendió la brida en un mercadillo. La Fiscalía considera no probado esto hecho al entender que este tipo de bridas se venden en paquetes cerrados.

Además, en la brida analizada, el abogado Bosch ha recalcado que se encuentran los restos de ADN de una tercera persona que no se ha podido identificar, según ha corroborado un perito policial.

En esa brida, según ha indicado Bosch, se encuentran restos de ADN de una tercera persona que no se ha podido identificar, hecho que ha corroborado un perito policial.

El representante del Ministerio Fiscal, que ha elevado sus conclusiones a definitivas, ha solicitado seis años de prisión para ambos acusados por un delito de robo con intimidación y uso de arma, aunque según las defensas ésta no existe, y un delito de detención ilegal, porque «excedió lo bastante del tiempo necesario para perpetrar el robo», con las agravantes de disfraz, violencia y robo con casa habitada.

En la lectura de informe, el fiscal ha considerado que existen «pruebas concluyentes» para considerar a los dos acusados responsables de los hechos, uno de ellos por ser reconocidos por los dueños del centro veterinario a través de las grabaciones y por el ADN, y el otro por el ADN en la brida.

Por su parte, las defensas han señalado que no se acreditan los hechos, porque la voz y la forma de andar son «presunciones» no pruebas concluyentes, en el caso de uno de los acusados, y por ello pide la libre absolución para él. En el caso del otro acusado, Bosch, aunque no ha negado la existencia del ADN de su cliente en la brida, ha solicitado su libre absolución, señalando que hay testigos que han declarado que vieron vender el producto de manera individual.

En cuanto a los antecedentes de su cliente, en los que no existe ninguno por robo con violencia ni detención ilegal, el abogado ha señalado en la exposición de su informe que su representado ‘no es un ciudadano ejemplar, pero aquí no hablamos de su vida, sino de unos hechos concretos’.