Juzgados de Sevilla
Audiencia Provincial de Sevilla / SA

La hija de la víctima, durante el desarrollo de la sesión, ha reconocido el monedero de su padre que fue usado como mordaza por los acusados.

La hija del vecino del barrio sevillano de Rochelambert cuyo cadáver fue descubierto el 6 de julio de 2016, un día después de su muerte, dentro del maletero de su propio coche tras haber sido incendiado el mismo y por cuyo asesinato están acusados tres varones ha reconocido este martes durante la sesión del juicio con jurado popular que celebra la Audiencia Provincial el monedero que los encausados usaron como mordaza y que pudo provocar la asfixia que causó la muerte.

Este martes han declarado además de los dos hijos de la víctima, un yerno y su viuda, quienes han resaltado que éste tenía unos «hábitos saludables y rutinarios» y que, a pesar de tener menos ingresos en aquella época, no tenía problemas económicos.

Precisamente, la hija de la víctima, durante el desarrollo de la sesión, ha reconocido el monedero de su padre que fue usado como mordaza por los acusados. Esta prueba, inicialmente, no fue localizada porque no se encontraba en el juzgado de Sevilla que llevó la instrucción, sino en un almacén del Instituto de Medicina Legal.

De otro lado, este martes también han declarado el jefe del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional en Sevilla, ha señalado que Manuel B.V. fue reconocido por las imágenes captadas por un cajero automático junto a Félix José A.P., donde ambos intentaron por dos veces sacar dinero de una cuenta de la víctima, según ha señalado la familia durante sus declaraciones, aunque no tenía fondos.

Días después y tras ser seguido por los agentes policiales, Manuel B.V. fue visto sacando y tirando cosas de la vivienda de Félix José A.P., donde se produjeron los hechos. En este sentido, cabe señalar que, entre las pruebas contra Manuel B.V., obran en la causa una prenda del acusado con una mancha de sangre de la víctima, así como restos de ADN de la víctima y del acusado en la parte roma del hacha presuntamente usado para golpear a Joaquín Baldomero G.B.

Durante la sesión de este lunes, Félix José A.P. varió su versión de los hechos y defendió que la víctima del crimen le atacó lanzándole «un cenicero y un cuchillo samurai» cuando ambos estaban consumiendo cocaína, cannabis y alcohol y le reclamó 15.000 euros derivados de una «estafa» propiciada por éste, cayendo después «accidentalmente» después de que le tapase «la boca» para repeler la supuesta agresión.

Los tres enjuiciados están acusados como presuntos autores de delitos de detención ilegal, robo con violencia, asesinato y daños.

Según el escrito provisional de calificaciones de la Fiscalía, «prácticamente idéntico» al de la acusación particular que ejerce la familia de la víctima, todo giraría en torno a una deuda contraída por esta con Félix José A.P., para quien trabajaba encargándose de algunas labores relacionadas con el taller mecánico que este último regentaba en el barrio de Rochelambert.

Merced a dicha deuda, Félix José A.P. habría reclamado «reiteradamente» a su trabajador y víctima. el abono del dinero, decidiendo finalmente «cobrarlo utilizando la violencia», según este escrito de calificación. Así, según la Fiscalía, Félix José A.P. se «concertó» con los otros dos acusados, Manuel B.V. y Manuel A.P., y todos habrían tendido una trampa a la víctima mortal del crimen, haciéndola llegar el 5 de julio de 2016 hasta el taller mecánico, donde entre los tres le habrían reducido por la fuerza y le habrían arrebatado dos teléfonos móviles, una tarjeta de crédito y las llaves de su coche.

Precisamente, este martes ha declarado como testigo uno de los compradores de uno de los dos móviles robados a la víctima.

Una vez amordazado y atado a una silla, según la Fiscalía, dos de los acusados habrían intentado extraer dinero de su cuenta bancaria mediante la tarjeta de crédito para cobrar la deuda, pero no lo habrían conseguido al no contar con fondos dicha cuenta. En ese contexto, y siempre según el Ministerio Público, el fallecido habría sido golpeado «fuertemente» mientras estaba atado a una silla, incluso con la parte roma de un hacha, muriendo finalmente por «la violencia de los golpes y la asfixia causada por la mordaza».

Al día siguiente, el 6 de julio, los acusados se habrían desecho del cuerpo introduciéndolo en el maletero del coche usado por la propia víctima para acudir al taller, un vehículo que después rociaron con gasolina e incendiaron en un descampado «recóndito» próximo a Alcalá de Guadaíra.

Por tales hechos, la Fiscalía reclama 36 años de cárcel para cada uno de los acusados por presuntos delitos de detención ilegal, robo con violencia, asesinato y daños, mientras la acusación particular solicita además cinco meses más de prisión por un delito de profanación de cadáver.

Nueva versión

A la hora de declarar ante el jurado popular, Félix José A.P. especificó que no ratificaba sus declaraciones previas en la fase de diligencias e instrucción del caso, detallando que el 5 de julio de 2016 estaba en su vivienda con el fallecido y los otros dos acusados; Manuel B.V. y Manuel A.P., y todos ellos estaban «tomando cocaína», cannabis y alcohol.

Según narró Félix José A.P., tuvo un altercado con Manuel A.P. y le expulsó de la vivienda porque quería más cocaína, tras lo cual Manuel B.V. subió «al chill out» de la casa porque él quería tener un momento a solas con Joaquín Baldomero,el hombre fallecido, para hablar de un asunto pendiente entre ambos. Ya solos en la escena, según su relato, y mientras continuaban tomando «rayas y copas», le reclamó 15.000 euros derivados de una «estafa» de la que habría sido víctima, a manos de una «banda de nigerianos» de la que Joaquín Baldomero era el supuesto «cabecilla».

«No le di el dinero a Joaquín. Se lo di a los nigerianos, pero Joaquín me hizo la trampa», ha explicado, asegurando que la víctima del crimen era quien «buscaba víctimas» para la banda de nigerianos.

Este martes también ha declarado una mujer que corrobora la coartada de Manuel A.P. de que no se encontraba en la casa cuando se da muerte a Joaquín Baldomero, pues ha afirmado la testigo que estuvo con él en un parque y «llegó con un ojo morado».

Félix José y Manuel «orquestaron» la quema del cadáver

Ante la reclamación del dinero, según Félix José A.P., Joaquín Baldomero, «harto de coca y de beber», se habría abalanzado hacia él. Para repeler la agresión, el acusado consiguió «tapar la boca» a Joaquín Baldomero, quien «cayó accidentalmente» y habría muerto.

«Yo no le torturé», defendió Félix José A.P., reconociendo que después orquestó la quema del cadáver en el coche junto a Manuel B.V.

La defensa de Manuel B.V., por su parte, reconoció este lunes que su patrocinado era consciente de que Félix José y Joaquín Baldomero estaban inmersos en «negocios turbios», exponiendo que cuando llegó a la vivienda donde habría sucedido los hechos, el fallecido estaba ya «amarrado e inconsciente o muerto», mientras Félix José «increpaba» y agredía a Manuel A.P. supuestamente por haber intentado «soltar» a la víctima. Ambos, Manuel B.V. y Manuel A.P., habrían abandonado entonces la casa «sin saber cuál fue el final» de Joaquín Baldomero.