En víspera del partido en el Camp Nou, Zokora y Romaric fueron cazados saltándose la disciplina propia de las concentraciones. Ambos componentes del criticado mediocampo sevillista son reincidentes en estos menesteres.
Sara Domínguez/Sevilla Actualidad. Que un jugador de fútbol profesional se vaya de fiesta justo antes de jugar un partido hace preguntarse, cuanto menos, por su compromiso. Si encima el partido es ante el Barça y termina con ridículo, la noticia cabrea. Y si los protagonistas son Zokora y Romaric… apaga y vámonos.
Ambos son compañeros en el Sevilla, en la selección costamarfileña y en sus aventuras nocturnas, ya sea por nuestra Feria de Abril, o por la Ciudad Condal. El caso de Romaric es llamativo.
Llegó al Sevilla acompañado de cientos de cuestiones sobre su estado de forma, a las que sucedieron las de su compromiso con el equipo y sus posibilidades de éxito en el Sevilla que, de hecho, estuvieron a punto de deparar en una cesión al Zaragoza a principios de temporada.
Después llegó Manzano, el equilibrio en su vida y un par de partidos en los que parecía otro jugador, y desde el club se intentó cambiar la imagen de Romaric, justificar el dinero desembolsado por él. Monchi, su principal valedor, afirmó que era un «enamorado de Romaric» y Del Nido le destacó después del partido contra el Athletic de Bilbao, reiterando que confiaban en él.
En cuanto a la última salida de tono (última que se sepa), el mutismo es absoluto en el club, al menos que sepamos y por el momento. Según el texto de Marca, Del Nido ya abroncó a los jugadores por el escarceo, y el club les ha impuesto una multa de 30 mil euros a cada uno. Pero lo cierto es que ambos tuvieron minutos (Zokora incluso fue titular) en el partido contra el Barça.
En Feria de Sevilla, desde el club defendían la teoría de una «gastroenteritis» para justificar la ausencia del Romaric en un entrenamiento posterior. El presidente dijo incluso que había sido ingresado en el hospital Macarena. Esto de la gastroenteritis, por cierto, está muy manido ya en cuanto a aventuras nocturnas de jugadores. El último en aparecer en los partes médicos de su club con tal dolencia fue Banega, precisamente en la previa del partido contra el Sevilla. El jugador che, sin embargo, ni siquiera viajó.