Jugadores del Sevilla FC celebrando un gol / SA

Once contra once. Cuando el colegiado francés, Clément Turpin, ordene el inicio del histórico encuentro de este miércoles europeo en el Sánchez-Pizjuán, todos los datos estadísticos y las sensaciones de unos y otros quedarán en segundo plano ante el espectáculo singular -‘carpe diem’- de vivir el momento, sin pensar en mañana. Once contra once, fútbol de élite al que pocos tienen acceso, para plasmar la mejor versión posible y exhibir sobre el césped las credenciales que han traído al Sevilla FC a esta cita para poder disfrutar de otra noche grande. Y en la ruleta que es un partido de este nivel, al margen de competir, la clave es hacerlo con el sello de la casta y el orgullo, virtudes imprescindibles para alcanzar los retos reales.

En esta mágica tesitura, el sevillismo será parte fundamental de este nuevo envite deportivo. No hace falta reiterar la comunión equipo-afición, pero es importante que el rival la perciba y, si es posible, le pese en sus propósitos. Dicho rival -decir Manchester United es hablar de la aristocracia europea del fútbol- busca reengancharse a su pasado más glorioso, ya que desde la temporada 13/14 no alcanza una fase eliminatoria de la Champions League; es decir, viene presionado por su historia y el equipo que afronte el duelo con más determinación y energía, sin olvidar la humildad de los grandes, tendrá mucho ganado.

Hablando de números de la fase de grupos, el Manchester United de José Mourinho ha firmado una trayectoria casi inmaculada. De seis partidos disputados, ganó cinco y perdió en Basilea (1-0), donde lo afrontó como un trámite al estar ya clasificado para la presente fase. Marcó 12 goles y encajó sólo tres, producto de sus victorias (3-0) ante el equipo helvético y sus cuatro triunfos frente al CSKA de Moscú (1-4 y 2-1) y Benfica (0-1 y 2-0). Sus referentes de cara al gol son el belga Lukaku (4), potente y con olfato de gol, y el joven local de 20 años, Rashford (3), los demás goleadores sólo han marcado una vez. Los defensas Smalling y Blind y el citado Lukaku son los únicos que actuaron en las seis citas completas.

El Sevilla de Montella llega a la gran cita con sus opciones intactas, tras un mes de enero muy duro con tendencia a la mejoría que en poco se ha parecido al aciago diciembre. El equipo de Berizzo que logró el pase a esta fase sólo firmó dos victorias (el que menos de 16 clasificados) y encajó 12 tantos (el que más de todos, una media de dos). Sus 12 dianas a favor (como el United) son el producto de los dos empates ante el Liverpool (2-2 y 3-3), derrota y victoria (5-1 y 2-1) frente al Spartak de Moscú, además del 3-0 y 1-1 ante el Maribor. Ben Yedder anotó la mitad de los goles (6); los demás, uno cada uno: Ganso, Banega, Lenglet, Kjaer, Pizarro y Correa. Por su parte, Rico, Escudero, Banega y Ben Yedder son los único cuatro titulares en todas las citas.

El Sánchez-Pizjuán tiene, como siempre, mucho que decir en esta nueva fiesta nervionense. Tras el Bernabéu (76%) yCamp Nou (73%), el templo nervionense es el tercer estadio más fiable (72%), producto de las 13 victorias de 18 duelos en la Champions League, jugándose al menos 15 partidos como local. Una ida en la que el objetivo número 1 es no encajar gol. Los tantos a favor dependerán de la pegada, pero dejar la puerta a cero es ir a Old Trafford con los deberes hechos. La apuesta Champions está servida, es el no va más. La ilusión supera a la lógica. Y el Sevilla se apresta a vivir una noche grande por las que merece la pena el fútbol en general y el de élite en particular. Muchos son los llamados, pero poco los elegidos.