Álvaro Negredo, a falta del penalti, estuvo poco activo durante todo el partido/SevillaFC

Pobre imagen la que ha dejado el Sevilla en su estadio esta noche, por segunda vez consecutiva y con el mismo resultado (1-1). Con poco logró adelantarse gracias al gol de penalti de Negredo, pero la imprecisión permitió al Racing estirarse en el campo con poco que hiciese. Al final Pinillos hizo justicia y en el horizonte poco o nada claro.

Paco de la Villa. Nueva decepción para el coliseo sevillista que empieza a cansarse del triste cuadro que ofrece el equipo en casa. El Sevilla tenía la ocasión de ponerse líder de Primera División, algo simbólico a estas alturas pero que siempre ilusiona. Sin embargo la sensación que se saca del partido es que no quería serlo.

Hubo tanteo al comienzo que se rompió con un lanzamiento de Perotti, el mejor sevillista, al palo. Precisamente fruto de una falta de Toño al jugador argentino, que se lanzó a por un balón y terminó por arrollarlo, vino el gol sevillista. Pena máxima que anotó Negredo y segundo gol suyo en liga.

El conjunto de Antonio Álvarez simplemente dominaba el partido. Guarente y de nuevo Perotti, estuvieron cerca del segundo en los mejores minutos rojiblancos. También el Racing se lo ponía fácil. Quizás tuvo algo que ver el chocante diseño de su camiseta.

Sin embargo fue un espejismo. El equipo de Miguel Ángel Portugal acabó mucho mejor la primera parte, con ocasiones claras de Arana y Adrían, y empezó la segunda de la misma manera, intentando hacerse con el control del juego. Y así llegó el empate. Centro de Adrián que Pinillos engancha de volea tras un mal despeje de Zokora. El Racing se estiraba y el Sánchez Pizjuán se impacientaba.

Durante los siguientes quince minutos, la inseguridad y la imprecisión se apoderaron de ambos equipos. Antonio Álvarez lo intentó con José Carlos y Luis Fabiano, pero parece no ser tiempo suficiente para que el brasileño ofrezca su mejor versión. El delantero se quedó en Sevilla aunque no está contando mucho para el técnico de Marchena.

Los pitos de la grada presagiaban lo peor y poco faltó para que el Racing se llevara el partido. Cisma con un peligroso lanzamiento a la barrera y Diop que no supo superar a Palop, pudieron hacerlo pero les faltó ganas. Al final, incluso, el meta sevillista se encaró a algunos aficionados. Mal presagio para un futuro a corto plazo.

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