No ha servido, por el momento, que se hayan disparado todas las alarmas ni el cese de Manolo Jiménez como entrenador. Algo grande debe moverse en Nervión, a juzgar por un equipo que lleva varios partidos dando imagen de ciclo acabado. Lo del Madrigal fue un baño.

Sara Domínguez. Apenas dio tiempo de analizar al «nuevo» Sevilla de Antonio Álvarez ante el Villarreal. En el minuto 4, una gran jugada por la izquierda de Nilmar termina en un centro de este a Rossi, que la manda a la portería de Palop. Era el 1 a 0, el comienzo de lo que, minutos después, se presentía que podía ser un chorreo.

El Villarreal la retenía, manejaba, conseguía trenzar jugadas cada vez que cogía el balón, y cuando no lo tenía (pocas veces) trabajaba bien sin él, ayudados, claro, por deméritos del Sevilla, a quien no le salía nada. El conjunto sevillano era todo lo contrario: mal en tareas defensivas y en presión al rival, obviando las inexistentes jugadas de peligro o, al menos, llegadas claras al área. Las pocas veces que tuvo el balón, fue lento y torpe, mientras que el conjunto amarillo era rápido, fluido y eficaz.

En semejante trance llega el segundo gol del Villarreal, de nuevo con Nilmar (partidazo) como protagonista. Desde la derecha, pone un fabuloso centro a Llorente para que este la envíe a las mallas en el minuto 17. Se seguía aventurando sangría cuando el Villarreal siguió colgando balones al área, haciendo un monólogo ante una defensa sevillista que estuvo para echarse a llorar.

A esto hay que sumar que la única ocasión del Sevilla en lo que iba de partido, en el minuto 25, terminó con un balón fuera de Luis Fabiano, que la quiso poner picada tras un centro forzado de Álvaro Negredo. El vallecano, por cierto, sigue sin aparecer. En el descanso seguramente debió de ser él solo el que le dijo Antonio Álvarez: «Mire, míster, quíteme». Claro que su relevo, Kanouté, tampoco estuvo bien. Ni el ‘9’ de Brasil.

Ya en la segunda parte, el Sevilla comenzó teniendo algo más de presencia en el partido. A los dos minutos de la reanudación, Luis Fa vuelve a fallar una clarísima, cuando, solo ante el portero, lo único que consigue es estrellar el balón contra él. El Villarreal reaccionaba a estas posesiones más o menos largas del Sevilla, y hubo atisbos del 3-0 en varias ocasiones.

Fue ya en el minuto 91 (sí, otra vez en el descuento) cuando llegó el tercero para los de Garrido. Fue a la contra, con una gran jugada de Pirés, que sale rapidísimo a la contra para batir a un Andrés Palop muy adelantado.

El Sevilla cierra la jornada conservando la quinta plaza, a falta de lo que haga el Athletic contra el Racing en San Mamés. Estarían, en todo caso, empatados a puntos. No se ha podido aprovechar el tropiezo del Mallorca ante el líder en el Ono Estadi.

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