El Sevilla por fin acabó con su mala racha en Liga, ganando a un Almería que peleó hasta el final. El equipo fue de más a menos, muy afectado en la segunda parte por el cansancio. Negredo hizo el gol de la victoria.

Sevilla Actualidad. No fue el mejor partido que se le recuerda, pero tampoco era estrictamente necesario. Lo único imprescindible era llevarse los tres puntos, porque todo lo que no fuera ganar ante el Almería complicaba seriamente al equipo en sus aspiraciones Champions. Espeso, sobre todo en el segundo periodo, pero voluntarioso, el equipo supo esta vez sí amarrar una victoria que se encarriló en el primer periodo.

El Almería de Lillo hizo lo que se esperaba, plantear el choque de tú a tú, aunque el Sevilla fue el que adquirió el protagonismo desde el principio, con un Duscher omnipresente y un Renato que bajando desde arriba hacia mucho daño, apoyándose indistintamente para ello en Perotti y Navas, que entraban con facilidad por sus bandas. Rondaba el equipo hispalense la portería de Alves y en esas se encontró con un  regalo de Acasiete que cazó Renato, sirviéndosela en bandeja el palaciego a Negredo para que hiciera el único tanto del encuentro a placer.

El gol impulsó al Sevilla, que gozó de buenos minutos, triangulando muy bien e intentándolo mucho desde fuera. El equipo estaba a gusto, pero el Almería todavía tenía mucho que decir, sobre todo Crusat, que salía a la contra como un tiro, y Goitom. Pero atrás la pareja de Escudé y Drago estuvo soberbia, mención especial al serbio, que está en un momento álgido en su dilatada y exitosa carrera. Y cuando la defensa era superada, aparecía Palop para desbaratar el peligro, sacándole un remate a Crusat y tapando un mano a mano a Goitom, que chutó fuera sin espacio.

En el segundo periodo el equipo bajó el pistón. El estado del césped, muy pesado por las intensas lluvias, tampoco ayudaba mucho. A algunos jugadores le pesaban las piernas en exceso, por el esfuerzo de La Coruña, sobre todo en el centro del campo, donde sólo Duscher aguantaba el tipo con tesón y fiereza. El argentino, que también jugó muy bien en Riazor, parece recuperado para la causa. No obstante, ni siquiera él pudo evitar que el Almería tomara la iniciativa, aunque la defensa estuvo muy acertada, pese a que hubo momentos de agobio, sobre todo cuando a veinte del final Soriano tuvo la oportunidad del encuentro para los suyos, pero de nuevo emergió la figura de un Andrés Palop en estado de gracia.

Ciertamente, no se puede decir que el equipo sufriera de ahí al final del choque, pero tampoco jugó a placer, aunque sí dispuso de varias contras peligrosas que no supo finalizar. Lo importante, no obstante, era aguantar la ventaja y el equipo lo hizo bien, sin pasar excesivos apuros, aunque sí desplegando un esfuerzo titánico, debido a la acumulación de choques, que quizás impidió que el equipo en el segundo acto estuviera al nivel del primero.

El final del encuentro dio un suspiro a un equipo que necesitaba aire para seguir en las alturas, donde el oxígeno es menor y las exigencias máximas. Necesitaban ganar los de Manolo Jiménez, eso era lo indispensable. Se logró el objetivo, superando al Almería y al propio cansancio. Ahora toca finiquitar la eliminatoria ante La Coruña y, sobre todo, cargar las pilas y ponerse a punto para la final del domingo que viene ante el Valencia CF.

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