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Competir al máximo nivel como si fuera la última opción, evocando el 2-1 de la ida liguera, en la que el Sevilla de Sampaoli rompió la racha del Madrid de 40 partidos seguidos sin perder.

 Se trata del último encuentro de LaLiga en el Bernabéu y el Sevilla ejerce de juez en la pelea por el campeonato que siguen dirimiendo madrileños y barcelonistas. Para el equipo de Sampaoli es un nuevo reto ante los merengues después de la Supercopa de Europa en agosto, el cruce de Copa del Rey y la ida liguera de Nervión en enero de este año, con victoria de 2-1, en una de las alegrías del sevillismo más celebradas este curso. El gol de Jovetic en el minuto 90’ dio a los de Zidane su propia medicina, en un debut estelar del montenegrino que también marcó al Madrid en la Copa; sus dos primeros partidos y dos goles a los de Chamartín. Si ese gol supuso un grito apasionado del sevillismo este año, por el rival y el momento, cabe de nuevo ilusionarse en intentar sumar este domingo para certificar la merecida zona Champions.

A nadie escapa -ahí están los datos- la gran dificultad que encierra un partido en el Bernabéu, estadio en el que el rival ha firmado esta Liga idénticos números que el Sevilla en el Sánchez-Pizjuán: 13 victorias, 4 empates y una derrota; ambos ante el mismo rival, el Barça de Messi. El reto es muy complicado. Pero el fútbol da siempre opciones que hay que afrontar con la cabeza alta; dando la cara. Tras el reciente duelo de Champions, los locales deben cambiar el chip y medir sus esfuerzos. Y ahí el Sevilla debe afrontar el desafío de este domingo con todas las de la ley, con el norte de competir con ambición y seriedad, convencido de esas opciones. El conjunto de Zidane ha marcado 96 goles en Liga, su efectividad es evidente, pero también encaja goles: 19 de sus 39 en contra fueron en casa; es el equipo que más encaja de los seis primeros clasificados. El Madrid no suele dejar su puerta 

Los de Zidane atesoran en ataque una efectividad brutal. Todos sus jugadores han visto puerta alguna vez. Y se da la circunstancia que tras los 20 goles de Ronaldo, le siguen hombres de la 2ª unidad que juegan bastante menos como Morata (15), Isco (10) o James (8). Es la parte a atar con la mayor solidez posible. Pero, por el contrario, ofrece lagunas en una defensa que ha encajado goles en 26 partidos ligueros: de 35 citas no encajó en 9. Y referido al Bernabéu, en 13 duelos (de 18 disputados) sufrió algún gol (más de uno en cuatro ocasiones). El reto además es romper la racha madridista de 47 partidos marcando. En Nervión rompió la de 40 partidos ganando. Otro desafío es sumar puntos en el coliseo merengue, algo poco usual en el siglo XXI y que no se logra desde el Sevilla de Jiménez en diciembre de 2008 (3-4), con goles de Adriano, Romaric, Kanouté y Renato.

El encuentro en Chamartín debe ofrecer la mejor versión sevillista, duelo que pasa por poner todo en la pelea, cultivar la máxima concentración, sin pensar en el cierre del Sánchez-Pizjuán a una semana vista; no hay que dejar nada en la reserva porque el final está cerca. El conjunto madridista debe afrontar tres compromisos ligueros seguidos en siete días. El miércoles en Vigo deberá atender la cita aplazada en febrero pasado por un temporal en Galicia, antes de concluir en Málaga. Y se está jugando el campeonato, un aliciente más a añadir a la importante cita de este domingo. El Sevilla es consciente que afronta un choque de gran dificultad pero no por ello menos ilusionante y atractivo. El desafío hay que competirlo con carácter y toda la ambición.