Capel marcó el primer gol tras jugada de Perotti y tacón de Renato/SevillaFC

El Sevilla se impuso en el Camp Nou con un partido excepcionalmente trabajado, en el que mostró una concentración que se echaba de menos. Los de Nervión demostraron la fortaleza del plantel, justo en el peor momento de la campaña.

Sevilla Actualidad. Ya lo vaticinó el presidente José María Del Nido en la comida de Navidad cuando le preguntaron sobre el FC Barcelona aludiendo que “no era invencible” y ayer quedó demostrado aunque no era fácil. Porque el Sevilla llegaba en el peor momento posible, con un equipo asediado por las lesiones, los malos resultados y fuera de la Champions. Y sobre todo porque en frente esperaba el considerado por todos mejor equipo del mundo, quizás de todos los tiempos.

Con ese panorama, con un once cogido por pinzas, con coraje y disciplina, con una fe en el triunfo que fue poco a poco a más, el equipo se alió con la épica y regaló a su gente una gran hazaña, con un excepcional 1-2 que puede suponer un punto de inflexión favorable para el resto de la temporada.

Justo cuando más fuerte estaba cayendo en Nervión, el equipo sacó su mejor cara contra el mejor. El Sevilla estuvo soberbio en el Camp Nou, transmitiendo una sensación de control excepcional, sin necesidad, eso sí, de tener el cuero. El Sevilla, sobre todo, derrochó intensidad y concentración en cada lance, quizás lo que ha faltado en el último mes.

El equipo supo aguantar el tirón inicial de los blaugranas y poco a poco se fue estirando con un Navas muy activo en la mediapunta, jugando detrás de Koné. Conforme se acercaba el descanso el Sevilla pisaba más área rival. Los andaluces presionaban bien y el Barça a la hora de sacar el cuero transmitía dudas. Capel llegó a marcar pero Pérez Burrull anuló el tanto por un fuera de juego inexistente.

En el segundo tiempo Renato ejercía de mediapunta tras lesión de Navas y no tardó en tenerla, gracias a un excelente servicio de Konko, pero Pinto le ganó la partida. El Sevilla estaba crecido y Perotti por la izquierda se veía muy suelto. Una rápida transición de los hispalenses acabó con el argentino inventando la jugada de la noche, cediéndosela a Renato, que se sacó un genial taconazo para que Capel, solo en la derecha, hiciera el primero. Golazo.

Con el 0-1 el Sevilla ni mucho menos se amilanó. El equipo todavía creía más en lo que hacía, se mostraba contundente atrás y cuando agarraba el cuero lo trabajaba bien. Guardiola estrujaba el banquillo. Con Ibrahimovic dentro tras el descanso, tiró de Xavi, poniendo en liza lo mejor que tenía. Los locales tocaban arrebato y parecía que todo se iba a ir al traste cuando en el 73 un pase excepcional de Márquez acabó en tanto de Ibrahimovic.

Pero no, ésta iba a ser la noche del Sevilla y en la jugada siguiente Capel se coló hasta la cocina y forzó un penalti de Chigrinsky. Negredo asumió la reponsabilidad y batió con certeza a Pinto, por el propio palo que quería achicar el meta. El 1-2 fue ya definitivo, pues el Barça decayó en su moral por la remontada y el Sevilla se mostró aún más cómodo, con mucha salida a la contra, incluso pudiendo haber hecho al tercero si hubiera estado más preciso en el último pase.

No peligró nunca, en cualquier caso, la importe victoria, que deja a los de Jiménez cerca de cuartos y que sobre todo viene a confirmar el alto valor de un plantel que había venido siendo puesto en duda en las últimas semanas por una mala racha de resultados que ahora debe revertir. La vuelta, en principio, para el 13 de enero en el Sánchez Pizjuán.

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