El central Carlos García está decepcionando en su primera campaña en el conjunto heliopolitano/RealBetis

El central bético reconoce que tiene el orgullo herido al ver que el Betis está tan lejos del primer puesto de la clasificación y reitera la confianza en el entrenador, del que piensa que no está en ningún ultimátum, defendiendo la continuidad del cordobés en el banquillo.

Juan A. Pérez. La situación del Betis se mueve entre dos hilos muy finos y los últimos resultados siguen provocando las continuas críticas desde los medios de comunicación y aficionados hacia el máximo accionista, Manuel Ruiz de Lopera. El equipo sigue sin responder a las expectativas y sigue dejando escapar puntos mientras rivales directos como el Hércules, no sólo siguen ganando, sino que completan sus plantillas (en ese caso con la incorporación de Portillo).

La situación ha hecho que algunas voces pongan en el punto de mira a Antonio Tapia, entrenador del club, e incluso avanzan que si se consigue un mal resultado en Soria ante el Numancia, su puesto puede quedar vacante. Carlos García salió al paso con declaraciones tajantes el pasado martes en las que dejaba claro la confianza de la plantilla hacia el técnico de Baena. “En el fútbol cuando no funcionan las cosas siempre se habla de fichajes y destituciones. A mí personalmente me parece precipitado, pero sólo puedo trabajar y hacer las cosas bien porque el ascenso está a sólo tres puntos”, aclaró el central bético.

El punto más claro de su reflexión se dirigió sin embargo hacia el mal momento por el que pasa el equipo, afirmando la posibilidad de cambiar la racha negativa lo antes posible: “Ahora mismo miras hacia arriba y el orgullo me duele, estar tan lejos del primero, pero antes hay que coger al tercero y luego al segundo. En cualquier caso no podemos dejar escapar más puntos porque entonces sí que es cierto que cada vez quedarán menos plazas para el ascenso”.

Otro de los temas estrella del Betis esta temporada es la cantidad de expulsiones que está sufriendo durante la campaña, a lo que el defensa responde que “no es normal que tengamos tantas expulsiones y más aún un equipo como el nuestro que no nos caracterizamos por un juego agresivo. Es un lastre porque un jugador menos todo es más complicado, y con dos menos, aún peor. Hay que corregirlo sí o sí porque es una cosa fácil de corregir. Debemos concienciarnos de que no puede volver a pasar y hay que intentar no dar esas facilidades al rival”.