sporting-sevilla-oficial

El Sevilla se estrella una vez más fuera de casa, tras adelantarse en el marcador y merecer por ocasiones mejor suerte.

El Sevilla FC protagonizó un nuevo partido frustrante lejos del Ramón Sánchez-Pizjuán. Y lo hizo de la forma más dolorosa. Cuesta creer que con lo bien que comenzó el choque e incluso con el claro dominio que tuvo el equipo nervionense en la reanudación, se acabara perdiendo un encuentro que por ocasiones se deberían haber apuntado los hombres de Unai Emery. Pero una vez más no fue así y lo que al principio parecía que podía ser una noche feliz bajo la fuerte lluvia que caía sobre El Molinón, acabó siendo un nuevo mal trago que tuvo, como en Mestalla, en el descuento la amarga estocada final.

El revés recibido es serio, porque el Sevilla FC se va de vacío de El Molinón con la sensación de haberse vacíado para nada. El Sevilla saltó al campo con un dibujo parecido al del domingo, apostando por las dos torres, Iborra y Llorente, arriba, destacando la presencia de Mariano en el extremo derecho. El partido tenía tintes de final para un Sporting que se jugaba la permanencia. Pero el Sevilla no se amedrantó y muy pronto se puso por delante con un gran remate de Iborra, tras una buena caída en banda derecha de Llorente.

No se había cumplido ni el minuto diez y el Sevilla ya ganaba con comododidad. El equipo generaba juego y llegaba con asiduidad a las inmediaciones de Cuéllar. Sin embargo, cuando mejor estaba la cosa, al Sevilla, primero por una pérdida de Konoplyanka y después por otra de Rami, le robó la cartera el Sporting, que con una salida rápida de Halilovic que acabó en gol en propia puerta de Krychowiak. Poco después Rami se iba lesionado, supliéndole Kolo.

El empate de los locales enfrió los ánimos, pero el Sevilla continuó llevando el peso del choque, volcando casi todo el peligro por la izquierda, donde Konoplyanka se movía con destreza y encontraba poca oposición. El ucraniano, desde fuera, tenía el segundo, pero para las mejores ocasiones habría que esperar a la segunda mitad.

Lo mejor del Sevilla se vio tras el descanso. El equipo salió lanzado, muy comprometido. Las ocasiones no tardaron en llegar, algunas clarísimas. Coke llegando con todo desde atrás,Iborra en la frontal, Llorente en un mano a mano ante Cuéllar… Todo eso bajo una lluvia cada vez más intensa que complicaba mucho el desarrollo del juego. Emery sacó a Nzonzi por Cristóforo, primero, y a Banega por Iborra, después. Para entonces el partido estaba ya totalmente roto, en un toma y daca apasionante en el que parecía que era el Sevilla el que estaba más entero. La tuvo, de hecho, en una gran internada de Konoplyanka… Pero el balón se quedó atrás, otra vez atrás. Y en ese golpe a golpe el Sporting, en pleno descuento, hizo el segundo, tras un remate de Isma López que sorprendió a Rico.

Y así, dándolo todo, desfondado, con un buen puñado de ocasiones desperdiciadas y mereciendo mejor suerte, murió el Sevilla FC en El Molinón, ahogado en la recia lluvia que caía del cielo de Gijón, pero sobre todo en su propia impotencia.