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El Sevilla, con mucha jerarquía, remató el pase a semifinales con una clara victoria, tanto en juego como en resultado, en Anduva. Cristóforo estuvo en todas, Iborra, Juan Muñoz y Coke, goleadores.

El Sevilla FC resolvió por la vía rápida, con un partido muy serio, prácticamente impecable. El equipo de Unai Emery cumplió a la perfección con el guion, hizo todo lo que se suponía que debía para anestesiar desde el comienzo la ilusión local.

No hubo partido, porque el Sevilla saltó al campo con todo su oficio por delante, presionó sacando colmillo muy arriba y muy pronto se puso en ventaja ante un rival que ni siquiera tuvo ocasión para recurrir a la épica.

El partido del Sevilla fue de manual. Y no era fácil, con un Mirandés jugando con su público volcado, en un terreno de juego de reducidas dimensiones que siempre dificulta más al que mayor calidad atesora. Emery sacó un equipo para luchar, con David Soria en portería y Juan Muñoz en punta como principales novedades. El equipo salió en tromba, abriendo mucho y bien el campo, con Vitolo, que hizo un nuevo partido soberbio, y Konoplyanka, también muy activo. Las sensaciones eran muy buenas y todo se puso definitivamente de cara cuando Cristóforo fue derribado dentro del área, en un claro penalti que transformó Iborra.

Con la ventaja en el marcador el Sevilla compitió más a gusto si cabe. Una de las mejores lecturas del choque de esta noche fue precisamente eso, que el equipo, pese a tener la eliminatoria sentenciada nunca dejó de competir. El Mirandés, por su parte se mostraba incapaz de salir de su campo, porque los atacantes y centrocampistas nervionenses pegaban bocados, sobre todo un Cristóforo espléndido, que impuso su ley sin discusión.

El Sevilla pudo hacer más daño antes del descanso, pero las mejores ocasiones llegaron en la reanudación, cuando Carlos Terrazas hizo dos cambios ofensivos para jugársela sin vuelta atrás. El partido se convirtió en un acelerado correcalles en el que, como es lógico, acabó imponiéndose el más fuerte. Vitolo y Llorente las tuvieron, pero fueron Juan Muñoz a lo matador, asistido por Vitolo, y Coke de cabeza, asistido por Kakuta, quienes cantaron gol, teniendo ambas jugadas su origen en las botas del auténtico dueño de la zona de ancha en Anduva, Sebastián Cristóforo, que además de destruir, genero fútbol y participó en los tres tantos.

El Sevilla hizo un trámite un partido que tenía su trampa e impidió cualquier tipo de sorpresa desagradable con un partido de mucha jerarquía, severo, con un fútbol solemne e implacable… Muy bien el Sevilla, en definitiva, que indiscutiblemente va de menos a más. El equipo de Unai Emery, que arrancó de forma decepcionante, cada semana que pasa luce más firme y consistente. Por lo pronto ya ha logrado clasificarse para unas semifinales por cuarta campaña consecutiva.

Crónica facilitada por el Sevilla FC.