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Un Sevilla apocado y muy endeble atrás pereció tras una nefasta primera parte en la que se vio muy superado por la intensidad del Granada. Pese a todo, en el segundo tiempo tuvo ocasiones suficientes para empatar.

El Sevilla prolongó una jornada más su sequía de victorias fuera de casa, pero en esta ocasión lo hizo de la peor forma, con una primera parte espantosa en la que prácticamente condenó sus opciones de sumar siquiera un punto. Y sin embargo las tuvo, porque Vitolo en el descuento del primer acto acortó el severo 2-0 que inflingían los locales al conjunto de Emery y en la reanudación, ya con Banega en el campo, hubo ocasiones sobradas para hacer una igualada que finalmente no llegó, consumándose una nueva decepción fuera de casa, en esta ocasión ante un rival que hasta la fecha que sólo había ganado un partido en su campo.

Pesó mucho la pésima primera parte realizada. El Sevilla salía con dos delanteros –Gameiro y Llorente- e Iborra y Krychowiak en el doble pivote, pero no fue eso lo que verdaderamente incidió en el juego. Mucho se había hablado de la firmeza defensiva que venía exhibiendo el equipo en el mes de diciembre, pero esa solidez saltó por los aires en el Nuevo Los Cármenes, donde la defensa hizo aguas ante los abordajes continuos a la contra del Granada. Ésa es la principal lectura que hay que hacer de un choque que se perdió por dos errores graves defensivos que generaron rápidas salidas en ataque de los granadinos, culminadas por Success y Peñaranda en los primeros 35 minutos. Fueron dos, pero pudieron ser más y ante la agresividad que mostraban los locales en cada lance, la réplica del Sevilla era inexistente, con un rosario de jugadas atolondradas, sin pausa ni orden, e incluso por muchos momentos sin esperanza.

Pese a lo mal que se jugó el primer acto, en la última jugada del mismo Vitolo acortó distancias, machacando en dos tiempos la única buena jugada ofensiva que generó el Sevilla en el posiblemente peor primer tiempo que han cosechado los de Unai en lo que va de campeonato.

Con ese tanto el equipo se metía en el partido y en la segunda parte, con Banega y Cristóforo en el campo, daba un pasito adelante para lograr la igualada, prescindiendo de la opcion de jugar con dos puntas, porque uno de los sacrificados fue Fernando Llorente. La presencia del mediocentro argentino como siempre resultó decisiva para la mejoría. El Sevilla es uno u otro en función de su presencia. Repartió juego y las ocasiones no tardaron en llegar. Una vez más, como en tantos otros partidos de esta temporada a domicilio, el Sevilla en el segundo tiempo fue mejor que su rival, tuvo oportunidades clamorosas pero se estrelló ante Andrés Fernández, faltándole contundencia en los metros finales.

Reyes, en varias ocasiones, una de ellas a placer, Gameiro, Banega o Rami, que acabó expulsado, tuvieron el empate, pero el Granada resistió la embestida y se apuntó un triunfo que en cierta medida le puso en bandeja el Sevilla en una primera parte donde las concesiones atrás fueron constantes y la imagen desalentadora.