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Un inicio implacable del City desconectó al Sevilla FC de un partido que nunca se le puso de cara. Los de Nervión no pudieron hacer frente a tanto poderío y acabaron desconectados e imprecisos, con poco que hacer.

Ganar al City requería la mejor versión del Sevilla, pero ese anhelo quedó muy lejos de lo que ofrecieron esta noche los hombres de Unai Emery, engullidos por un City tremendo que resolvió por la vía rápida en los primeros quince minutos con una salida descomunal e imponente. El City, dueño y señor con el inesperado trivote en el centro del campo que alineó Pellegrini, fue demasiado para un Sevilla que, aunque en determinados momentos amagó con levantarse y reaccionar, nunca tuvo la contundencia de su rival.

Ya avisó Pellegrini en la previa que su equipo no iba a especular con el resultado, que iba a salir con todo. Lo que no se esperaba era que sentara a De Bruyne, para utilizar un trivote con Fernando, Fernandinho y Touré que le dio el dominio total y absoluta del partido. El partido, o lo que se esperaba que fuera en clave sevillista, duró apenas once minutos.

El City trituró con una salida repleta de contundencia en cada acción, con mucha intensidad, presionando muy arriba, forzando los fallos en la salida de balón del Sevilla, jugando al límite y, en definitiva, pasando por encima de la tibieza inicial de un Sevilla que ni tiempo tuvo para sentirse protagonista. Sterling puso el acento, pero en realidad, tanto él como el resto de los jugadores de arriba de los citizens parecían aviones  incalcanzables para los locales. El primero lo hizo Sterling, así como generó la jugada del segundo para que Fernandinho apuntillara. Dos golpes certeros a la mandíbula, que pudieron ser tres cuando Jesús Navas disparó al palo en lo que pudo haber sido el tercero.

Cariacontecido y sobre todo sufriendo a la contra, donde continuamente era cogido por los ingleses en superioridad numérica, el Sevilla aguantaba el tipo como podía, hasta que con una internada de Coke hasta la cocina, que acabó en gol de Tremoulinas, se metió en el partido en el minuto 25. De buenas a primeras, casi sin esperarlo, el Sevilla amagaba con engancharse al choque. En el minuto 28 tuvo su gran oportunidad, con un remate clarísimo de Kolodziejczak que Hart sacó con una mano prodigiosa. Ahí tal vez estuvo el verdadero punto de inflexión del partido.

Ni tiempo, sin embargo, tuvo el Sevilla para lamentarse, porque cuando más creía Navas partió la retaguardia por la derecha y asistió a Bony para que el City hiciera el 1-3. Ahí sí, el Sevilla capituló y el choque, que hasta entonces se había jugado al son de los ingleses, tomó color visitante de forma indiscutible. En la reanudación el Sevilla, que cambió a Iborra por Krohn-Dehli en el descanso, ganó algo de orden, pero ni arriba fue generó problemas ni abajo dejó de sufrir, evitando Sergio Rico con varias intervenciones de mérito lo que podía haber sido una dolorosa goleada.

Igual que en el Etihad el Sevilla se agrandó y jugó de igual a igual, este martes en Nervión el equipo nervionense fue arrollado por un City muy superior, que gestionó los tiempos del juego a su gusto, con una suficiencia enorme, pero sobre todo con una autoridad, principalmente cada vez que Touré agarraba la pelota, arrolladora. El Sevilla no pudo hacer frente a tanto poderío y acabó desconectado e impreciso, con poco que hacer.