mbia rijeka

La desidia y la apatía aparecieron en un Sevilla acogido a la improvisación, que se dejó remontar ante un pobre Rijeka para que el camerunés apareciera en las postrimerías matizando el desastre.

No entrañaba demasiada dificultad el encuentro que el Sevilla debía disputar este jueves en el Stadion Kantrida de Rijeka, pero el conjunto de Unai Emery, quizás movido por el extraño afán de amenizar la disputa de su grupo en Europa League, decidió complicarse, sin ni siquiera la ayuda de su propio rival, un partido que debía ser un mero trámite.

El Sevilla salió fuerte con la intención de asustar a su pobre adversario y en dos ocasiones en cuatro minutos sembró el pánico en la defensa del subcampeón croata. Con un disparo escorado de Coke y un cabezazo de Reyes tras un bello pase de Iago Aspas, el Rijeka comenzó el partido templando. Apuntaba bien la sociedad entre el utrerano y la movilidad del gallego, que abrió numerosos espacios para la penetración de sus compañeros, pero muy pronto todo se difuminaría.

Pensaba la escuadra sevillista que con un par de apuntes de su calidad bastaría para ganar un partido que a nadie parecía apetecer por Nervión. Y los indicios así lo confirmaban. Pues en un partido que estaba transcurriendo entre un intercambio de posesiones sin sentido alguno, el Sevilla decidió aprovechar el balón parado, esta vez a través de un saque de banda que peinó Iborra, rebotó en Tomecak y cayó en Iago Aspas, que tras un soberbio recorte envió el balón a las mallas con un disparo cruzado que le servía para pedir paso en las alineaciones.

Pero si no lo estaba ya, el Sevilla se adormeció tras el gol y empezó a jugar con la improvisación. Ni Krychowiak, ni Iborra ni sobre todo Banega, a quien más se le echa en falta en estas lides domaron el partido como se necesitaba y los de Unai Emery pasaron a acogerse a la improbabilidad de que un rival como el Rijeka pudiera ni siquiera igualar la contienda.

Sin embargo, los croatas olieron la desidia en el lado contrario y buscaron las espaldas de la hoy débil defensa visitante. Ocho minutos llevaba la segunda parte cuando Kramaric, probablemente el único jugador rescatable de este modesto equipo, encontró la espalda de Kolodziejczak, probablemente el jugador más débil del Sevilla, y supo forzar el penalti y la expulsión del central polaco como último hombre. El propio Kramaric materializó la igualada desatando un incendio en el Sevilla, que nadie fue capaz de apagar.

Los cambios de Emery, que dio entrada a Tremoulinas y M’Bia para formar una especia de 4-4-1 no sofocaron el despropósito que se fue acrecentando a medida que el Rijeka se fue creciendo y el Sevilla no se percataba que a poco que hiciera, aun en inferioridad, podría desatar el pánico en el conjunto croata. Los nervionenses se dejaron dominar y de nuevo Kramaric encontró la espalda de un irreconocible Carriço y cedió atrás para que Kvrzic aprovechándose de un rebote superara a Beto dejando a todos los sevillistas perplejos ante el ‘milagro’ que estaba produciéndose en el Kantrida Stadion.

Pero la momentánea victoria del Rikeja sólo era fruto de la realidad de un partido y de la desidia de un Sevilla, que del mismo modo que ha dignificado la Europa League en tantos encuentros, pasó a despreciarla en esta visita a tierras croatas. Sin reacción alguna, los veinte minutos finales escenificaron la impotencia de un Sevilla mentalmente hundido y que no demostró recurso alguno para hincarle el diente a un rival, que a su vez se especializó en desperdiciar claros contragolpes debido a su alarmante falta de calidad.

Y finalmente, cuando todo parecía perdido apareció el salvador de todas las causas sevillistas, un M’Bia que introdujo en la portería un magnífico centro de Tremoulinas de la izquierda en el único intento serio de la escuadra rojiblanca después de recibir el segundo gol.

El empate final sirve para matizar el despropósito global que el Sevilla le ha regalado a sus aficionados. Con casi total seguridad, el conjunto de Unai Emery no sufrirá para certificar su pase a los dieciseisavos de final de la Europa League, pero duelos como el de este jueves sirven para recordar que la autocomplacencia nunca es buena compañera de viaje por muy pobre que sea el adversario. Finalmente todo queda en un aviso, que debe servir para aprender y crecer.

Ficha técnica

H.N.K. Rijeka: Vargic, Tomecak, Leskovic, Mitrovic, Leovac, Jajalo, Cvijanovic, Kvrzic (Zlomislic 74’), Moisés (Vesovic 88’), Jugovic y Kramaric (Krstanovic 81’)

Sevilla F.C.: Beto, Coke, Carriço, Kolodziejczak, Fernando Navarro, Krychowiak, Iborra, Aleix Vidal, Banega (M’Bia 57’), Reyes (Tremoulina 57’) y Iago Aspas (Bacca 71’).

Árbitro: Kenn Hansen, danés. Expulsó con roja directa al sevillista Kolodziejczak (52’). Amonestó a los locales Kvrzic y Cvijanovic; y al visitante Fernando Navarro.

Goles: 0-1 (26’) Iago Aspas; 1-1 (52’) Kramaric (p.p.); 2-1 (67’) Kvrzic; 2-2 (90’) M’Bia.