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El Sevilla pagó en el Vicente Calderón el planteamiento conservador de Unai Emery con un trivote defensivo que le hizo marcharse 2-0 al descanso y tras el cual no fue posible la reacción.

Miedo, desconfianza en sí mismo, blando. Hay muchas maneras de describir el partido planteado por Unai Emery en el Vicente Calderón, pero en cualquier caso ninguna de las lecturas de la pizarra puede ser positiva. Habíamos visto un Sevilla poderoso en las primeras cinco jornadas del campeonato, capaz de someter a sus rivales y conceder muy poco a sus rivales. Sin embargo, cuando el técnico vascó divisó el poder enfrente, decidió atenazarse para no disputar el trono del encuentro.

Y en esta tesitura, el Atlético decidió recoger lo que su adversario le había regalado. Se sintieron muy cómodos los púpilos de Simeone con el trivote que trataba de convertir el partido en un combate de boxeo. Carriço, Krychowiak y M´Bia apenas olieron la bola, con la salvedad de los balónes áereos en disputa contra el también triple mediocentro, más acostumbrado a las batallas físicas.

Lo que finalmente consiguió Emery con su renovado planteamiento es que todo el equipo se sintiera muy perdido y que ninguno de los jugadores tuviera claro su rol. El Sevilla jugó por detrás de la línea del centro del campo toda la primera parte y no existió plan alguno para el ataque. Nadie era capaz de subir el balón y los extremos sólo aparecía en la carrera en busca del balón y los contrarios. No había otro recurso más allá del pelotazo. El Sevilla era un equipo en vulgar y el Atlético no tardaría en penalizarlo.

Tras dieciocho minutos de relativa igualdad táctica con los colchoneros muy cerca del área sevillista sucedió lo inevitable. Un mal despeje de M´Bia dentro del área cayó en las botas de Koke, quien desde la frontal sacó un disparó que tocó en Pareja y se envenenó para entrar cercano a la escuadra izquierda de Beto.
Tras el primer gol, el Atlético comenzó a jugar a placer, momento durante el que más se descubrieron las vergüenzas del Sevilla, merced a la dirección de Gabi. Correr detrás del balón era el destino de un conjunto nervionense, que realizó su primera jugada trenzada en el minuto 36. En este punto, los de Emery desplegaron unos minutos para la esperanza, donde controlaron la posesión y merodearon la portería de Moyá sin demasiada profundidad. Un plan que, por otra parte, satisfacía el Atlético, pero que ayudaría a cerrar con más optimismo la primera parte sino fuera porque los colchoneros sacaron su mejor arma a balón parado.
Sául se estrenó como goleador en el Atlético tras rematar en el segundo palo una jugada iniciada con la falta sacada por Gabi desde 40 metros, una dejada de Arda hacia atrás y el envío de Miranda hacia la cabeza del canterano rojiblanco. Simeone ya se había costeado la cobardía de Emery, que cambió su plan durante la segunda parte, pero el daño ya estaba hecho.

De nada sirvieron las entradas de Banega y Denis Suárez. Los nervionenses acumularon más posesión de balón, pero ésta fue estéril ante la flamante disposición de los locales, que según avanzaba al encuentro fueron encaminándose hacia el contragolpe con la salida de Griezmann y la maldad de Raúl García. Así las cosas, ni en la primera ni en la segunda parte el Sevilla consiguió disparar a puerta, un balance muy pobre para un equipo que aspiraba a algo más y que se marchó del Calderón con un resultado sonrojante.

Los diez minutos finales sirvieron para certificar una goleada que debe provocar la reflexión de Emery para los duelos de altura. Raúl García materializó con maestría un claro penalti cometido por Diogo Figueiras a Griezmann, mientras que Raúl Jiménez remató a gol un preciso envío de Koke a balón parado.

El resultado es un jarro de agua fría para un equipo que comenzaba a creerse su capacidad para competir contra equipos como el Atlético. Siempre quedará la duda de si el Sevilla de las cinco primeras jornadas estaría a la altura de los colchoneros, en lugar de el equipo desnaturalizado que dispuso Unai Emery, el gran señalado de esta dura derrota en el Manzanares.

Ficha técnica

Atlético de Madrid: Moyá, Miranda, Godín, Ansaldi, Arda Turan, Gabi (Raúl García 46′), Koke, Tiago, Saúl (Griezmann 65′) y Mandzukic (Raúl Jiménez 73′)

Sevilla F.C: Beto, Diogo Figueiras, Pareja, Kolodziejczak (Banega 46′), Tremoulinas, M´Bia, Carriço, Krychowiak, Aleix Vidal (Deulofeu 77′), Vitolo (Denis Suárez 46′) y Bacca.

Árbitro: González González, castellano-leonés. Amonestó a los locales Koke, Raúl García y Godín ; y a los visitantes Kolodziejczak y Pareja.

Goles: 1-0 (18′) Koke; 2-0 (41′) Saúl; 3-0 (82′) Raúl García (p.); 4-0 (89′) Raúl Jiménez.