Rakitic previa derbi

Fue en el mes de febrero cuando José Castro anunció un “entente cordial” para la renovación de Rakitic. La situación ha ido evolucionado hasta que Monchi desvelara este lunes que Rakitic ha pedido tiempo para firmar un nuevo contrato.

Han pasado cuatro meses desde las primeras palabras del presidente sevillista en torno a la renovación del croata. La sintonía entre las partes era total. Ante la tardanza de la firma, Pepe Castro aseguraba que sólo faltaba la llegada a Sevilla del representante y hermano del jugador, algo que nunca se ha producido y que ha desembocado en esta situación perjudicial para el club.

A su vez, Rakitic en cada comparecencia pública declaraba su amor por el Sevilla y la plenitud que le reportaba la ciudad, dando a entender que nada imposibilitaría la renovación de contrato. No obstante, los cantos de sirena de otros clubes han ido rebajando paulatinamente el tono fraternal hasta que la renovación, con la temporada finalizada y a las puertas del Mundial es una incógnita.

Ni el presidente del Sevilla ni el mediocampista croata han contado toda la verdad en un asunto que se retrasa más de lo debido y que reduce mucho las opciones. El croata ha pedido un tiempo que pasará mientras disputa el Mundial y los grandes del continente se engolosinan con un caramelo que finaliza contrato en 2015. La continuidad en el Sevilla se antoja casi imposible, teniendo en cuenta la multitud de ofertas que llegaran a Nervión y que incrementarán el caché del jugador, precisamente la situación a la que espera Rakitic mientras los clubes europeos determinan sus objetivos de planificación.

La cotización del jugador complicará su renovación, obligando a su marcha en verano, pues sería dramático que Rakitic abandonara el club en 2015 sin dejar dinero en las arcas. Para un club que basa su estabilidad en la venta de sus principales activos, la libertad del jugador es el principal punto a evitar para no minar su crecimiento.

Tras una primera media temporada inmaculada, con el título de Europa League en el bolsillo y la quinta plaza en Liga, José Castro se enfrenta a la primera gran dificultad de su mandato, mientras que las últimas actuaciones y la sucesión de declaraciones de la temporada hacen que tanto el presidente como la estrella croata comiencen a perder una credibilidad que se habían ganado con sus méritos profesionales.

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