Rakitic Valencia

El Sevilla disputa en Valencia el encuentro más importante de la temporada tras casi renegar por completo de la quinta plaza el pasado domingo ante el Athletic.

Turín espera impaciente a sus finalistas, uno de ellos será español y esperemos que sevillano. Para esta cruzada el conjunto dirigido por Unai Emery parte con una renta de dos goles obtenidos en casa en la ida del Sánchez Pizjuán, dónde el pasado jueves se vivió una auténtica fiesta que derivó en la masiva compra de entradas en las taquillas nervionenses para la vuelta de estas semifinales de la Europa League.

Por su parte, el Valencia invocará la magia que le empujó a remontar un 3-0 en contra en Mestalla ante el Basilea en cuartos. Pizzi confía en obtener el billete para Turín, aunque deberá ganarle la batalla a Emery, un técnico con pasado valencianista y que conoce de primera mano el ambiente de Mestalla en las grandes ocasiones. El preparador che ha empleado para esta cita decisiva una retórica tan motivacional como escasamente realista, anticipando con rotundidad en diversas ocasiones que su equipo va a superar la eliminatoria y aludiendo a la “vulnerabilidad de la defensa del Sevilla” más allá del duelo ante el Athletic, un dicho que a día de hoy carece de cualquier fundamento.

Probablemente también sea motivacional la sanción de Paco Alcácer, cuyo recurso ha sido desestimado en dos ocasiones. El canterano es el punta titular de su equipo y el símbolo de la remontada al Basilea, y en esta cuestión deben residir los mayores lamentos del Valencia, un equipo que ganará en consistencia defensiva con la vuelta de Ricardo Costa y Diego Alves, el portero brasileño, un auténtico imán de balones que será la principal baza de su equipo para impedir lo que en las cabezas de los hombres de fútbol aparece como la consecuencia lógica del juego: un gol del Sevilla al contragolpe aprovechando los espacios que el rival le regale en su búsqueda de la remontada y que irremediablemente sentenciaría la eliminatoria.

Peligros habrá en Mestalla y tal como anticipó su presidente, “el Sevilla lo pasará mal” durante el partido pero tiene todos los argumentos para sellar el pase empezando porque sencillamente tiene mejor plantilla que su rival. Por supuesto que cualquier eventualidad del juego o una pájara puede echar por tierra todo el trabajo de este año, pero la dificultad de abrir huecos entre una defensa nervionense que espera atrás es tan superlativa como su capacidad de contragolpe letal que puede acabar de un plumazo con las esperanzas valencianistas.

Además, para colmo che, no habrá bajas destacadas porque todo apuntan que los cuatro tocados forzarán para jugar este partido y que incluso Carriço estaría dispuesto a infiltrarse para acompañar a M´Bia en un doble pivote infranqueable. Fernando Navarro podría repetir en la banda izquierda y Coke volvería al lateral derecho, con Fazio y Pareja en el centro de la zaga, mientras que nadie moverá a Reyes, Vitolo y Rakitic de la mediapunta con Carlos Bacca en la punta de ataque, aunque el apercibimiento del colombiano puede otorgar algunas opciones a Gameiro.

Todos los ingredientes están comprados para que la fiesta del trabajo se convierta en la fiesta del sevillismo. Para ello, los 5.000 aficionados que ya están en Valencia serán parte indispensable del alma de un equipo que no está cansado de hacer historia.

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