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Sin tener fluidez, el Sevilla fue de menos a más y tuvo las mejores ocasiones. Carlos Bacca no estuvo acertado y cuando el equipo estaba volcado, llegó un sorpresivo gol de Herrera a nueve del final. Con todo en contra, los de Emery sacaron alma y lograron empatar en el último minuto, con tanto de Carriço.

El Sevilla salvó in extremis un punto en el Martínez Valero, en un partido que hasta el gol de Carriço castigaba su excesiva candidez. Los de Unai Emery tuvieron las mejores ocasiones y cuando más cerca tenían el partido se encontraron con un sorpresivo tanto de Cristhian Herrera que rompió todos los esquemas. Quedaban nueve minutos para el final y lo lógico, por el inesperado vuelco del encuentro, era hundirse, pero el equipo sacó su orgullo y demostró que tiene madera para estar arriba, logrando en el minuto 89 un justo empate gracias a un remate providencial de Carriço.

No fue el mejor partido del Sevilla, que salió con doble pivote defensivo, ni mucho menos, porque el Elche supo jugarle y apenas le dejó soltarse. Sin embargo, pese a esa falta de lucidez, fue quien más cerca estuvo del triunfo, pese a que a tres minutos del final perdía 1-0. La frase tan repetida y a su vez tan cierta de que este Sevilla de Emery tiene que buscar dejar la portería a cero y esperar a que la calidad arriba defina los partidos debió haberse aplicado en el Martínez Valero, pero no fue así porque Carlos Bacca, con un desempeño intachable en lo que va de campaña, no tuvo su noche. Si la hubiera tenido los tres puntos sin duda hubieran viajado para Nervión.

El equipo comenzó mandando y aunque en la segunda parte del primer tiempo cedió terreno al Elche, fue quien tuvo las ocasiones, siempre con Rakitic por medio. Reyes y sobre todo Bacca, a pase del utrerano, tuvieron el gol antes del intermedio. No fue, sin embargo, hasta la reanudación cuando se vio lo mejor de los andaluces. El Sevilla acabó imponiéndose más por constancia que por inspiración, ante un Elche que jugaba a destruir más que a lo contrario. Las aspiraciones del Sevilla se fundamentaban en Rakitic, porque cuando el cuero pasaba por el croata en la línea de tres cuartos el peligro era indiscutible. Una de esas jugadas en las que sólo cree el capitán acabó con un remate de Bacca a placer que de forma increible se fue fuera. El colombiano, por ajustar en demasía, marró una oportunidad de oro.

Era la segunda clara para Bacca, pero Emery siguió apostando por él, cuando dio entrada a Gameiro por Iborra en el primer cambio. El vasco no se guardaba nada y el francés tampoco, que metió una marcha más al ritmo nervionense. No obstante fue de nuevo Bacca quien tuvo el gol, con un balón magnífico que le cayó a los pies, con la portería sólo tapada por dos defensas. Sin embargo, una vez más el colombiano no vio puerta y su remate fue intercerptado. Prácticamente acto seguido Gameiro, con una buena acción individual, obligó a Toño a lucirse. Parecía evidente que la del Martínez Valero no iba a ser la noche del Sevilla. Emery sacaba del campo a Bacca por Marin -antes se había marchado Mbia, lesionado, por Pareja-, con el fin de dar otro aire al equipo en el tramo final. Se entró en la última recta y cuando todo el mundo miraba a la portería del Elche, en el minuto de 81 llegó el gran palo. Fidel se coló por la derecha, la puso al área y allí Cristhian Herrera se adelantó a Carriço e hizo el 1-0.

El tanto del Elche debería haber derrumbado al Sevilla, porque después de haber perdonado clamorosas ocasiones veía como una inesperada derrota se le venía encima. No ocurrió así. Este equipo está maduro y sobre todo tiene alma. En la peor circunstancia los de Emery no se desdibujaron, sino que se volcaron en campo contrario, con un Marin muy inspirado. Se buscaba el gol por todos los caminos posibles, pero las merecidas tablas acabaron llegando una vez más a través de una jugada de estrategia. Un remate de Gameiro acabó en córner. Rakitic botó en corto para Reyes, el utrerano se la puso de dulce a Carriço en el primer palo, que en plancha y con un severo cabezazo logró el merecido empate. El partido acabó en la portería del Elche, aunque no se pudo sacar más que un punto que tal vez sea insuficiente por lo mucho que se desperdició, pero que sin duda sabe bien, sobre todo por el orgullo y la firmeza que exhibió el equipo cuando las cosa se puso realmente fea. El Sevilla sigue sumando y eso al fin y al cabo siempre es positivo, sobre todo cuando se juega lejos de casa.

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