Parada beto

Pese a adelantarse en el inicio, el Sevilla no pudo sobreponerse a un Athletic muy serio que dominó la posesión durante todo el encuentro, pero chocó una y otra vez con Beto y la sólida muralla nervionense.

Era un partido para calibrar el nivel en el que se movía el Sevilla, porque tras tres victorias consecutivas llegaba a Nervión el cuarto clasificado y, además, una ocasión propicia para meterle mano a la Liga y dar un salto en la tabla. El balance que arroja el encuentro es que a este equipo le falta aún para romper, pero que sabe competir y tiene oficio.

En esta ocasión, la realidad pudo más que el deseo, porque el Sevilla, espeso durante todo el encuentro, sólo fue mejor que su rival en los tres primeros minutos de juego, justo hasta el gol de Alberto Moreno, fruto de una magnífica jugada de estrategia. Luego llegó el empate instantáneo de Susaeta, tras un grosero error de Fazio, y con las tablas los visitantes fueron ganando metros y se hicieron con el dominio de un partido que si no se apuntaron fue por la diligencia de la defensa y la parada de Beto ante Susaeta, cuando el vizcaíno tiraba un penalti al filo del descanso para ponerse 1-2. 

Reza una de las máximas del fútbol que cuando no se puede ganar lo mejor es no perder. Esto es algo de perogrullo pero no siempre se consigue en un deporte tan exigente. El partido no pudo comenzar mejor para los nervionenses, que en el minuto tres ganaban 1-0, gracias a una magnífica jugada de estrategia al bote de un córner que materializó con un zurdazo soberbio Alberto Moreno. Como se suele decir en el argot, el choque se ponía a pedir de boca, pero poco le duró el gustito a los de Emery, que dos minutos después regalaron el empate al Athletic. Reyes ganó un balón dividido en la medular, reculó, siguió reculando, la envío atrás, Fazio la cedió como pudo con la cabeza, Beto se quedó plantado, Toquero fue el más listo y Susaeta correspondió con gol la cortesía de los locales.

Con el 1-1 comenzaba un partido nuevo, o más bien el partido en sí. El Sevilla quiso pero no pudo. Jugar sin Rakitic pesó, sin duda. La palabra para definir el juego de los locales es espesura. El Athletic, mucho más fuerte, se hizo con la posesión. El doble pivote defensivo formado por Carriço y Mbia no se imponía y las distancias entre ambos futbolistas y el ataque era demasiada.

El Sevilla llegaba más a la contra que en estático. Una buena jugada pudo acabar con tanto de Vitolo en el 16, pero el remate del canario se cruzó con una pierna contraria que desvió a saque de esquina. Muniaín respondía poco después con un trallazo que salvaba Beto. El choque estaba abierto, pero no bonito, sobre todo porque el Sevilla no manejaba el volante. La intensidad se impuso siempre a la calidad y las escaramuzas a la fluidez. Así fue consumiéndose el cronómetro hasta llegar al 45. Y cuando ya todo el mundo pensaba en el receso para dar un giro al panorama, llegó la segunda jugada tonta de la noche, con una mano de Bacca, castigada con penalti. Lo que debía ser uno de esos llamados goles psicológicos, lo desbarató Beto con una enorme parada.

En la reanudación el partido siguió idéntico curso. El Athletic, sin claridad, llevaba el peso del choque, pero se estrellaba constantemente con una línea defensiva que lució soberbia. Emery intentó inyectar más fuerza en la zona ancha, sacando a Iborra por Cala, y retrasando a Carriço al centro de la zaga. La idea era que el valenciano, con más gasolina, impusiera una marcha más en la zona ancha. Y por momentos se notó, aunque nada del otro mundo.

Ni Reyes ni luego Vitolo ofrecieron lo que debe dar una mediapunta cuando un partido exige tanto físicamente. El despliegue era máximo y tal vez eso, y las piernas cargadas de algunos, dotaban de imprecisión a todos los intentos locales. Emery continuó cambiando fichas. Primero quitó a Perotti por Reyes y luego a Gameiro por Bacca.

Nada cambió de forma significativa. El Sevilla se movía por impulsos y cuando había que dar el zarpazo se quedaba a medias. El Athletic incluso apretó más al final, pero la defensa en general estuvo enorme. El trabajo defensivo del Sevilla fue tan bueno, requirió tanto esfuerzo, que tal vez eso aminoró la faceta ofensiva de un equipo que se midió ante un rival que dejó bien claro porque a día de hoy es cuarto.

Ficha técnica

Sevilla F.C.: Beto, Diogo Figueiras, Cala (Iborra 60’), Fazio, Fernando Navarro, M´Bia, Carriço, Vitolo, Reyes (Perotti 66’), Alberto Moreno y Bacca (Gameiro 77’).

Athletic Club: Iraizoz, De Marcos, Gurpegi, Laporte, Balenziaga, Iturraspe, Mikel Rico (San José 89’), Herrera, Muniain, Susaeta (Ibai Gómez 81’) y Toquero (Aduriz 60’).

Árbitro: Undiano Mallenco, navarro. Amonestó a los locales Diogo Figueiras, Bacca, Vitolo y M´Bia; y a los visitantes Gurpegi e Iturraspe.

Goles: 1-0 (4’) Alberto Moreno; 1-1 (6’) Susaeta.