Momento del encuentro entre el Sevilla FC y el Bayern de Munich en la final de la Supercopa de Europa 2020 / SFC

El Sevilla FC no ha logrado finalmente la victoria en una reñida final de la Supercopa de Europa. El equipo rojiblanco ha caido ante Bayern tras empatar a uno y pasar a prórroga, que otorgaba el título al Bayern de Múnich con un gol en la primera mitad.

Dijo Flick que al Bayern no le valdría con el 99% y sabía lo que decía. El campeón de Europa ha necesitado de un enorme esfuerzo y de una prórroga para romper la racha de invicto del Sevilla FC, que no caía desde el pasado mes de febrero en partido oficial. Su premio, una Supercopa de Europa que los nervionenses pelearon con todo lo que tenían, pero que vieron como Goretzka y Javi Martínez le daban la vuelta al tempranero gol de penalti de Ocampos. El ADN sevillista obliga a dejar el orgullo para más adelante. Esta noche, todavía, duele una final perdida que no esconde el magnífico espíritu competitivo del equipo que ya trajo gloria la pasada temporada.

Sea cual sea la identidad del rival, el Sevilla siempre compite. Y así lo hizo nada más comenzar a rodar el balón en Budapest. El Bayern quería mandar y tenía más el balón en el arranque, pero el primer aviso fue suficiente para adelantar a los de Lopetegui. Aún no se había acercado el Bayern con peligro cuando tras un centro de Navas y una gran dejada de De Jong, Rakitic lograba controlar con el pecho y a la vez recibía una clara falta de Alaba, que no controló su fuerza y arrolló al croata. Ocampos tomó la responsabilidad con decisión y batió a Neuer con un disparo raso y ajustado a la derecha del meta alemán.

El inicio era el soñado y el Sevilla se disponía a sufrir, pues la maquinaria alemana es muy difícil de desactivar. A los 20 minutos probó Müller a pase de Lewandowski, pero el remate mordido del teutón acabó en córner al pensar el asistente que Koundé era el responsable del fallo. Poco después era Pavard, dentro del área, el que remataba cruzado a la derecha de Bono. Seguía intentándolo el equipo de Flick y Lewandowski tuvo la suya al más puro estilo de Lukaku en Colonia, pero el marroquí volvió a acertar el mano a mano muy seguro abajo.

Llegaba la recta final del primer tiempo y tanto probó el Bayern que acabó igualando el marcador. Fue en una jugada más que habitual de los muniqueses. Un balón al área de Müller, pase atrás de Lewandowski arrastrando a los centrales y remate certero de Goretzka, que llega desde atrás para meterla junto al palo. En la siguiente jugada respondió el Sevilla con un gol anulado a De Jong por claro fuera de juego, dejando toda la emoción para la segunda parte. Y emoción nada más comenzar, con un centro de Escudero en el primer minuto que remató De Jong y sacó Neuer en el primer palo.

Fue el penúltimo acercamiento sevillista de los 90 reglamentarios y a partir de ahí el Bayern volvió a la carga. De hecho tuvo dos goles anulados, uno por fuera de juego de Müller y otro por falta de Lewandowski sobre Escudero. Bono, como en la Europa League, tuvo su cuota de protagonismo y salvó un par de acciones de mucho mérito,  mientras la gasolina se iba terminando en el bando sevillista. Entraron Óliver, En-Nesyri y Gudelj y los minutos fueron pasando hacia la prórroga. Eso sí, poco antes tuvo la más clara el delantero marroquí, que tras una galopada de Navas se plantó ante Neuer. Optó por el primer palo y el experimentado alemán envió a córner cuando la grada sevillista cantaba el 1-2.

La prórroga también empezó con peligro en la meta alemana, esta vez en las botas de Joan Jordán. Sin embargo, el Bayern volvió a la dinámica de los últimos minutos aunque ya mucho más cansado. Aún en el primer tiempo, Javi Martínez, recambio de Flick, iba a decidir la final al rematar el rechace de un córner que había concedido con mala fortuna Diego Carlos, al no advertir que Bono llegaba sin oposición a recoger el balón. Ahí ya sí que fue casi imposible. Apenas tuvo una el Sevilla, con un centro al segundo palo muy difícil de rematar para Escudero. El tren de la Supercopa ya había pasado. Toca pensar el LaLiga, que llega en menos de 72 horas pese al descomunal desgaste físico de un equipo que no fue menos que el campeón de Europa.