varas-bara-sevilla-oficial-221011

El Barça contra Javi Varas, y ganó el meta de Pino Montano. Y ganó el Sevilla. Así siguen, imbatidos incluso después del Camp Nou, donde han conseguido mostrar un buen trabajo.

En la primera parte, el Sevilla ofreció una imagen que mucho distaba de la de sus últimas visitas al Camp Nou (al fin). Marcelino planteó un buen partido, aguantando las embestidas del mejor equipo del mundo. Para más, se contó con ocasiones, como una de Navas en la que Valdés tuvo que emplearse. Y eso que tardó más de dos minutos en tocarla por primera vez.

Mención aparte merece el gran Javi Varas. Fue especialmente mérito suyo que el partido se fuera en tablas al descanso, y desesperó a Iniesta, a Messi y a todo el que se acercó a portería. Indiscutible ya bajo los palos, se erige como uno de los porteros del momento en la Liga. Seguro y gustándose, se echó a sus hombros el peso del Camp Nou.

Ya en la segunda mitad, el Sevilla siguió muy aplicado en tareas defensivas, con el de Pino Montano como baluarte. Pero el asedio culé, muy intenso, hacía temer lo peor. No solo podía decantarse el marcador a favor del Barça, si no que daba la sensación de que, como abriese la lata, iban a caer unos cuantos.

Pero el meta canterano era una auténtica muralla. Todo el mérito, repito. Sus compañeros de campo estuvieron bien en su área, que no es poco, pero nada más. La posesión era del Barça de forma abrumadora, pero, para las escasas ocasiones en que Sevilla la tocó, fue impreciso, y la perdió con suma facilidad. En el área del Barça, Valdés podría haber echado un solitario a las cartas.

No iba a resultar tan… difícil. Iba a ser mucho peor. Iturralde pitó un penalti contra el Sevilla (ni decirlo, hacía falta) por una caída de en el área de Iniesta, haciendo caso omiso al linier, que no veía pena máxima. Los jugadores blanquirrojos se lo comían, y los nervios estaban a flor de piel. Tanto que hasta el mismísimo Kanouté, siempre tranquilo, tuvo un conflicto con Cesc Fábregas que le costó la roja. El Sevilla acabaría con 9, porque también fue expulsado Fernando Navarro por protestar.

Y, tras la tangana, el penalti. Javi Varas era trending topic en el Twitter, a todo esto. Miles de impresiones en la red social destacando su partido, pidiendo incluso que fuera a la Selección. Su acción final iba a quedar retratada en un mano a mano contra el mejor jugador del mundo, de penalti. Y, como era de justicia, lo paró, para terminar de coronarse.

Por todo lo que pasó, el número 13 del Sevilla, que encima iba vestido de amarillo, hizo lo que no hizo nunca durante el partido: hincar la rodilla en el césped. Así, con las manos arribas en señal de triunfo y con la felicitación de sus compañeros, terminaba en el Camp Nou el nuevo santo del Sevilla.

www.SevillaActualidad.com