Tanto el Villarreal como el Sevilla andaban muy necesitados en el partido que les ha enfrentado en esta nueva jornada de LaLiga, cada uno con sus objetivos bien diferentes en esta ocasión, pero con las necesidades tanto de escapar de la zona caliente para los locales como la de volver a reencontrarse con las buenas sensaciones y las victorias fuera de casa por parte de los sevillistas. La tónica del encuentro la llevaron siempre los de casa, que además de dominar el choque, acertaron con sus remates y prácticamente no sufrieron ante un rival que fuera de su estadio volvió a mostrar muchas debilidades.

Una primera parte que tuvo total y absoluto dominio amarillo, exceptuando un par de ocasiones consecutivas que tuvo Munir, bastante claras, para haber puesto el empate en el marcador casi transcurrida la media hora de juego. Hasta entonces, el Villarreal había controlado al Sevilla donde había querido, teniendo la pelota y llegando con cierto peligro a las inmediaciones del área de Vaclík. Así, en el minuto 20, un córner botado por Cazorla encontraba completamente solo a Álvaro en el punto de penalti, que se había deshecho de la marca individual de Wöber y que remataba a placer adelantando a los suyos.

Tras esa mínima reacción por parte de los nervionenses, los locales volvieron a hacerse dueños de la posesión y descolgándose hacia los metros defensivos del Sevilla, que pasaba apuros con Bacca y Ekambi moviéndose entre líneas entre los tres centrales. Ya con el pitido del árbitro a punto de dirigir a los veintidós futbolistas a los vestuarios, una combinación por banda izquierda permitía a la pareja de delanteros anteriormente mencionada poner el 2-0 en La Cerámica, con un taconazo de Bacca que eliminaba de una vez a Kjaer y a la salida de Vaclík y dejaba a Ekambi solo para empujarla sin marca alguna.

Pablo Machín introdujo dos cambios para comenzar la segunda mitad, dando entrada a Sarabia y a Ben Yedder buscando sobre todo alternativas ofensivas. Lo notó el conjunto sevillista, que con la necesidad de irse hacia arriba unido a que el Villarreal defendía un resultado cómodo, comenzó a llegar con superioridad numérica al área de Asenjo, que apenas había visitado en los primeros cuarenta y cinco minutos. Sarabia obligaba a estirarse al guardameta local con un disparo cruzado con la derecha.

Con el Sevilla cómodo con el balón y cada vez más volcado sobre la portería amarilla, Pedraza tuvo en una gran acción individual por banda izquierda la oportunidad de sentenciar definitivamente el choque, acción que desbarataba Vaclík. En la réplica nervionense, Munir volvía a estrellarse, por tercera vez, con el cuerpo de Asenjo para haber abierto la lata hispalense.

El Villarreal cedía terreno a los hispalenses a propósito, que cada vez se iba desgastando más en busca de algo que nunca llegaría, completamente falta de acierto y de ideas en los últimos metros, algo que hubiese metido los nervios en el cuerpo a los de Calleja en los minutos finales del encuentro. Ya con un Sevilla completamente roto y con las líneas deshechas, Pedraza, esta vez sí, cerraba el partido acertando en una nueva acción personal por su extremo izquierdo. Ekambi pudo ahondar aún más en la herida disparando al palo dos minutos después.

El Sevilla mantendrá el cuarto puesto pase lo que pase esta jornada, pero sus perseguidores le siguen recortando puntos poco a poco. El miércoles recibirá a la Lazio en la vuelta de los dieciseisavos de final de la Europa League y el sábado en LaLiga al FC Barcelona, también en el Sánchez-Pizjuán.