Boceto de 'Madam Fan-Fan y las nenas del Can-Can'

CHIRIGOTAS

Los canasteros errantes (Carmona)

La chirigota de Carmona “Los maolillos del pueblo del membrillo” vuelve a participar este año en el concurso carnavalesco gaditano bajo el nombre de “Los canasteros errantes”. De la letra y música vuelve a encargarse Francisco Guerra “Francis”. La dirección corría a cargo de Pedro Valerio. Fueron más conocidos en su localidad como “Los gitanitos canasteros”. En el concurso carnavalesco gaditano actuaron el jueves 23 de febrero por la noche y el lunes 27 por la tarde.

Representaban a vendedores que llevaban sus mercancías en una cesta de mimbre. Sombrero en la cabeza, camisa de lunares, fajin, chalequillo y pantalón negro.

Participaron también en el certamen de agrupaciones carnavalescas de su pueblo.

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CHIRIGOTAS

Los cirujanos locos (Dos Hermanos)

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Es la primera chirigota de Dos hermanas que participa en el concurso carnavalesco gaditano.

Un grupo de amigos de Dos Hermanas forma en 1983 una chirigota para cantar por las calles de su pueblo en época de carnaval. El nombre, «Los Cirujanos locos» y el tipo de cirujanos con batas verdes. A finales del verano el grupo se plantea su participación en el concurso carnavalesco gaditano, con el mismo nombre y el mismo tipo. Y así sucede. A principios de 1984 el tipo se complementa con guantes y mascarillas para la cara. De la letra se encarga Federico Alonso, de la música José Manuel Pichaco y de la dirección Andrés Lagares «el cojo».

Actuaron en el concurso carnavalesco de Cádiz el jueves 23 de febrero en sesión de tarde y el lunes 27 en sesión de noche.

Al principio de la presentación escenificaban una operación, donde a un paciente le sacan de la barriga una guitarra, que era la que tocaba José Carrasco.

También actuaron en otros carnavales, como en los pasacalles del Carnaval de Santiponce. Un día antes de ir a dicho pueblo, ensayan la escenificación de la presentación. El médico (Carrasco) iba pidiendo el bisturí, las tijeras… a su ayudante (Pichaco).

El tamaño del bisturí y demás utensilios eran bastantes grandes. Y en esto que el médico pide las pinzas (que eran de acero inoxidable) a su ayudante y este de la fuerza con que se las dejó en la mano, estuvo a punto de partir un dedo a Carrasco. Al día siguiente en los pasacalles de Santiponce, no pudo tocar la guitarra ya que seguía con el dedo fastidiado.

Una noche fueron a cantar a una velá cerca de la barriada sevillana de la Macarena, acompañados de sus familiares. Ellos le comentaron a la persona que organizaba el evento, que no querían dinero por actuar, por lo que se les invitó a tomar lo que quisieran.

Tras la actuación, el organizador de aquello le dice al director de la chirigota que para el año siguiente estarían encantados de volverles a ver por allí, pero con la diferencia de que iba a pagar por actuar y no a invitarles, ya que le salía mas barato.

Un día cantaron en el manicomio de Sevilla, donde se celebraba la fiesta llamada «El salto la tapia».

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