La Campana a 18 de Febrero de 1970: Ilmo. Señor Alcalde Presidente del Excmo. Ayuntamiento de Cádiz. Ilmo. Señor: Tengo el honor de poner en conocimiento de su Ilustrísima que queremos organizar una comparsa o murga, para desplazarnos a esa bonita Capital de Cádiz. Por cuanto le rogamos nos conteste lo antes posible, para empezar los ensayos. Es gracia que no dudamos del proceder de su ilustrísima cuya vida guarde Dios muchos años. Firmado Ilmo. Señor Juan Duran Oviedo, La Campana (Sevilla)

Sevilla en el Falla. Éste es el nombre de un libro que en el año 2005 se puso su punto y final. Un libro que es el resultado de investigaciones con un fin muy concreto: mostrar al lector la gran afición que existe en Sevilla y sus pueblos por el Carnaval de Cádiz. Una obra escrita con la sana intención de transmitir a las generaciones venideras la historia del carnaval sevillano.

{jathumbnail off} Ahondar en todas las agrupaciones sevillanas y de su provincia, que se han subido al Gran Teatro Falla desde 1970 (primera agrupación) hasta el año 2004. Han sido un total de 118 entre coros, murgas, comparsas, chirigotas y cuartetos los que han tenido ese privilegio de participar en el concurso carnavalesco gaditano.

De Sevilla 1 coro, 41 chirigotas, 11 comparsas y 1 cuarteto. De La Campana 1 murga. De Carmona 10 chirigotas, 7 comparsas y 4 cuartetos; de Dos Hermanas 22 chirigotas y 1 cuarteto; de Alcalá de Guadaira 5 chirigotas; de Castilleja de la Cuesta 2 chirigotas y 1 cuarteto; de Los Palacios 5 chirigotas; de Gilena 1 cuarteto; de El Viso del Alcor 1 cuarteto; de La Algaba 2 chirigotas; de Guillena 1 cuarteto y de Écija 1 chirigota.

Se inicia cada capítulo con una breve introducción histórica de los acontecimientos más relevantes acaecidos durante los doce meses del año en cuestión. A continuación, se muestran los datos recopilados de las agrupaciones que ese año fueron al concurso gaditano, clasificándose por la modalidad en la que participaron: coros, chirigotas, comparsas y cuartetos

Desde estas breves líneas, este libro es todo un homenaje a todos las personas que han engrandecido el Carnaval de Sevilla; a los que lo vivieron, lo viven y lo vivirán; a los autores que con sus letras arrancan una lágrima o una sonrisa; a la cantera que poco a poco va haciéndose un hueco; a los que luchan porque el carnaval no se apague en nuestra ciudad; a los que se reúnen cada año en la Plaza de San Francisco un día después de la gran final del concurso gaditano; a los amores que surgen por carnaval; a los coristas, comparsistas, chirigoteros y cuarteteros que se suben y se subirán a las tablas del Gran Teatro Falla, o como yo lo llamo Teatro de los Sueños con la ilusión por bandera; a las fundaciones y asociaciones carnavalescas; a todos los que aman esta fiesta para que no se me olvide nadie. Y en especial para todos los que en este mundo llamado Carnaval se sienten partícipes año tras año.

El Autor, Raúl Delgado García

Prólogo

Para más de uno hablar de Cádiz es lo mismo que hablar del amor. Del amor no correspondido, del amor correspondido, del amor silenciado, del amor proclamado, del amor prohibido, del amor lejano. Para mí es así. Y para muchos de los que aparecen en este libro estoy seguro que también lo es.

Cádiz es la novia y Sevilla es la madre. Carmona probablemente debe ser mi tía. Cádiz nos da la pasión, Sevilla es el amor irrenunciable y Carmona es la hermana de mi madre, hermana mayor porque tiene 5 milenios plenos de categoría. Un beso pa la tita. Por cierto, un hijo de Carmona, el maestro Buiza, creó una de las más preciosas tallas de la Semana Santa gaditana.

No existe amor más sublime que el amor a contracorriente, el amor furtivo y perseguido, ese amor prohibido que no comprenden los demás. Algunos de mis hermanos (hijos de mi madre) no me entienden. Es normal, no están enamorados de ella, ni la conocen. Raúl, el autor de este libro, sí la conoce. Raúl también comparte conmigo ese amor, que supera a los complejos provincianos, tanto a los propios y como a los ajenos. Es un amor que aunque al principio no fuera correspondido, era tan sólido y tan inevitable que no se desmoronó sino que perduró huérfano de besos y abrazos. Los besos que me has dado Cádiz me han hecho llorar.

Cómo se demuestra en este libro, Sevilla es una asidua y fecunda participante en estos avatares. Lo es y lo ha sido. Prueba de ello es que algunos de los que han pisado el Falla ya no están con nosotros, y algunos de los que lo están pisando aun no habían nacido cuando lo pisaban aquellos que se fueron. Montón de gente, la mayoría con buena voluntad y ganas de divertirse que miraba ilusionada la posibilidad de hacer disfrutar a los gaditanos en el templo del arte y la gracia, y también de la vanidad.

Idealizando al Falla con Cádiz la mar de veces, portando ese falso prejuicio de que “allí no nos quieren” o “el Falla es ná más pa ellos”. Primero quiérela tú. Sé honesto con ella y contigo mismo.

El Carnaval de Cádiz seguramente no es lo mejor de Cádiz. En el Falla se quedan sólo los esnobistas foráneos. El Falla es la puerta de entrada para un Universo posterior, el Universo de lo Gaditano. No se puede venir a Cádiz sólo a pisar el Falla, una vez al año. Hay que ser gilipollas. En Cádiz hay que hacer muchas cosas. Hay que probar la perola de Paco Leal, y hablar con él. Hay que hincar los codos en los hules del Achuri. Hay que probar la sopa de tomate de Baro (gracias Sr. Burgos). Había que haber ido al Maestrito (ya no). Hay que ir a un ensayo de una infantil (una junior no que parece que estoy pidiendo una hamburguesa chunga en el Mac Donalds).

Había que haber ido al Barril. Había que haber probado las empanadillas de la Catedral. O ese pedazo de canutillo, mal pensados, de postre del Faro. Hay que aparcar detrás del parque Genovés. Hay que comerle la boca a una tía por la noche en la Victoria. Había que probar las bolas de ensaladilla de Las Palomas. Hay que ir a la Librería de la Calle Ancha. Había que ligar puretas a la altura de Isecotel, o por lo menos intentarlo. Hay que ir a la tienda de Barrié de películas de videos de carnaval de calle. Hay que ir a ver al Cádiz a la liguilla.

Había que fijarse en las tetas de la muñeca esa que había en la entrada de la Avenida. Hay que comprarse una revistilla en el New Sensations. Había que buscar gusanas de canutillo en la calle Plocia. Hay que ir al local de Mariajo al final de la calle la Palma. En Cádiz hay que hacer de todo, hasta el amor. Me falta tirarme del Puente Canal y tirarme a Esther Arroyo, lo primero me da miedo y lo segundo más todavía.

Gracias a todos los que menciona este libro por vuestras noches de ensayo, vuestros cabreos, vuestra ilusión, vuestra humildad, vuestra voluntad, vuestro mensaje, vuestras ganas, y sobre todo, por demostrar como somos los sevillanos cuando nos enamoramos.

No al Peaje.
Antonio Serrano “El Canijo”

1970

En este año se produce la primera participación de una agrupación carnavalesca de la provincia de Sevilla, en el Concurso de Agrupaciones Folklóricas de Cádiz. Su procedencia, el pueblo de La Campana. Su nombre, “La Alegría Campanera”.

El carnaval gaditano venía celebrándose bajo el nombre de Fiestas Típicas Gaditanas y su concurso como Agrupaciones Folklóricas. Desde 1966 venía celebrándose en el mes de mayo y este año de 1970, dicho concurso se celebraba el martes 12 y el miércoles 13 de dicho mes.

El Primer Premio en las distintas modalidades de estas Fiestas Típicas Gaditanas, fueron para «Los hechiceros de la luna» (coro), «Los tarantos» (comparsa), «Los floristas ambulantes» (comparsa provincial), «Los piconeros» (comparsa regional) y «Los cristobalitos» (chirigota).

El antifaz de oro del carnaval fue concedido a Francisco García de Quirós, Manuel Merello Torres y José Montes de Oca.

La Srta. Lola García Agulló fue la Reina de las Fiestas Típicas Gaditanas.
Paco Alba compone la música del coro «Los Huertanos» donde introduce como novedad el acordeón.

Inspirada en el cómico Emilio “El Moro” participó en el concurso gaditano la chirigota “Los Emilios que no son moros”.

CHIRIGOTAS

La Alegría Campanera (La Campana)

A finales de los años sesenta eran muchas las murgas callejeras, la mayoría sin nombres, que en fechas de carnaval se formaban en el sevillano pueblo de La Campana. Una de ellas era conocida como «La Pitarata». La mayoría de ellas estaban formadas por cuatro o cinco hombres y mujeres y algunos de sus componentes se vestían del Zorro, de Cantinflas… Las letras las hacían entre todos e incluso se cantaban coplas gaditanas como aquella que decía:

Nosotros somos los discípulos de Baco
nos gusta el vino y fumamos buen tabaco
también nos gusta ver las mozuelas
las borracheras y de noche ir al teatro
pero casarnos ninguno queremos
porque la suegra lo que son bien lo sabemos
que se encaraman encima del yerno
y son más bravas que Belmonte entre dos cuernos

Llega el carnaval de 1970. Varios componentes de distintas murgas se plantean la idea de formar una única, para participar en Las Fiestas Típicas Gaditanas, que por esta época se celebraban por el mes de mayo. Para muchos, una locura, pero para otros, una ilusión muy grande. Sin pensárselo mucho, el miércoles 18 de febrero de dicho año, firmada por Juan Durán Oviedo, se manda una carta al Sr. Concejal de Fiestas del ayuntamiento gaditano*:

 

Seis días después, Juan Durán les contesta con esta carta:

Sr. Don Juan Durán Oviedo LA CAMPANA (SEVILLA) Muy Sr. mio: En contestación a su atta. fecha 18 del actual, interesando la participación de una Agrupación en nuestras Fiestas Típicas, del presente año, y de acuerdo con sus deseos le participo que podrá tomar parte en el Concurso de Coros que tendrá lugar los días 12, 13 y 14 del próximo mes de Mayo, en la clasificación del Concurso Regional de Chirigotas, con la obligación por su parte también de tener el repertorio debidamente censurado, y su actuación pública por nuestras calles el Sábado 16 y Domingo 17, formando parte este último día en la Gran Cabalgata al igual que el resto de las otras agrupaciones. Por nuestra parte, le será concedido el permiso para la actuación pública y privada de tipo particular, así como, la subvención en igual cuantía que el resto de las agrupaciones, que aún no ha sido determinada por estar pendiente de aprobación del programa y presupuesto de las fiestas, y también la cuantía del premio, que pudiera ser otorgado por el Jurado designado al efecto. Nuevamente me pondré en contacto con vosotros una vez se conozca la cifra exacta, agradeciendo su colaboración queda suyo affmo. Vicente del Moral Alonso. Archivo Municipal de Cádiz

Adjunto a esta contestación, se anexaban las -Instrucciones que han de cumplir las agrupaciones folklóricas que han solicitado su participación en las fiestas típicas gaditanas 1970. Puede verse mejor pinchando aquí.

3.1-alegra-campanera-1970

Ante el hecho de su participación, se va haciendo una selección de componentes de las diferentes murgas. Se escoge entre otros a: Juan Durán Oviedo, Cristóbal Caro Silva “Tolete”, Manuel Aguilar Romero “Olo”, Francisco Buiza, Adolfo Galán, Hermenegildo Díaz Galindo, Isabel González Rabanal, Dolores Ballesteros, Nicolasa Haza Diez, Juan “El de la morenita” y José Aguilar “Pepito el catalán”.

Tras formarse el grupo se decide el nombre, «La Alegría Campanera». Lo de alegría por la ilusión de ir y cantar en Cádiz y lo de campanera por el nombre de su pueblo. La mayoría de las letras las hacían entre los propios componentes. Sus propias casas eran el lugar de ensayo.

En el mes de abril, como no tenían noticias del concejal de fiestas gaditano, Juan Durán vuelve a enviar otra carta dirigida nuevamente a este señor*:

* La Campana a 14 de Abril 1970. Ilmo. Señor Alcalde Presidente del Excmo. Ayuntamiento de Cádiz. Ilmo. Señor: Ruego nos diga el día que vamos a ser llamados al concurso. Tenemos nuestras ropas preparadas y nuestra murga se encuentra con el repertorio muy adelantado. Esperamos su pronta contestación ya que quedó su Ilustrísima en escribirnos. Iremos pasados por la censura. Es gracia que no duda alcanzar el proceder de su Ilustrísima cuya vida guarde dios muchos años. Firmado Ilmo. Señor Juan Durán Oviedo. Archivo Municipal de Cádiz

A la semana le vuelven a contestar, indicándoles los días que tenían que actuar en el concurso gaditano, 12 y 13 de mayo, pero que necesitaban una confirmación a su asistencia.

Al mes siguiente, el miércoles día 6 de mayo, se envía un telegrama al Ayuntamiento gaditano confirmando su participación en dichas Fiestas Típicas:

*  SVC 35 CADIZ LA CAMPANA 16 16 6 940. Confirmamos nuestra participación concurso coro alegría campanera. Saludale. Juan Durán Oviedo

Se acerca la fecha de marchar para Cádiz y seguían con los ensayos. Ellos querían agradar al público gaditano y por eso se preparaban a conciencia. Y llega el martes 12 de mayo. Sus vecinos, que ya lo habían visto actuar en un ensayo que ofrecieron para el pueblo, les dieron muchos ánimos. Y para Cádiz marcharon en dos furgonetas. Algunos componentes llevaban incluso consigo a sus mujeres e hijos.

Ya en dicha ciudad se hospedaron en la Pensión La Catalana, que se encontraba en la C/ San Francisco. Ellos ocuparon todas las camas, a 12 duros cada una y las reservaron hasta el domingo 17, día de la Cabalgata, ya que ellos no podían estar yendo y viniendo de su pueblo a Cádiz. Pero no hubo camas para todos. A Manuel Aguilar Romero, que por entonces tenía 73 años, debido a su baja estatura, lo ubicaron en una especie de cuna, pero de mayor tamaño, por lo que sólo le cobraron la mitad del precio de una cama.

Llega la hora de marchar al Gran Teatro Falla. La sesión del día 12 comenzaba a las seis y media de la tarde. Ellos eran los últimos en actuar. Cristóbal Caro, que era el director, daba las últimas instrucciones a sus compañeros y compañeras. Se convertían así en la primera agrupación, en este caso murga o como se inscribieron en Cádiz chirigota, de la provincia de Sevilla, en pisar las tablas del Teatro Falla.

Actuaron tras la agrupación “Los Brujos”. Al terminar su actuación y cerrarse las cortinas marcharon a la pensión, ya que al día siguiente tenían que volver a cantar y en este caso abriendo la sesión de noche.

La música de los pasodobles y cuplés la obtenían de las canciones de la época. Llevaban la música de la canción «La cuna donde nací», que cantaba Lola Flores, en este pasodoble que cantaron al público asistente al Gran Teatro Falla:

Nos enseñaron desde muy niños
en nuestras casas a respetar
los mandamientos de Jesucristo
a las mujeres, viejos y niños
y a nuestro prójimo en general
luego los años nos hicieron hombres
y a nuestros ojos se descubrió
que en este mundo que no es del hombre
existen esas bellas palabras
que son justicia, caridad y amor
y viendo a diario tanta injusticia
hemos recordado a esa ley divina
de aquel que murió en la cruz
por salvar a la humanidad
piensa y examina tú
tu conciencia y te dirá
que tan sólo de ambición el hombre vive
sin que le dé compasión de aquel
de aquel que lo necesite

En su repertorio llevaban además letras a las Cortes de Cádiz y a la Reina Doña Sofía. Esta última fue escrita por Adolfo Galán. Pero también la censura de la época cogió su lápiz rojo y les echó para atrás una letra, la cual hoy día es cantada por algunas agrupaciones en el carnaval de La Campana. Fue compuesta por el padre de Juan Durán y así decía:

Un conejito del campo se lo han traído a una nena
y lo tiene encerradito en una vieja colmena
ella juega con el mucho, ya lo suelta y ya lo agarra
y está con su conejito que Mateo con la guitarra
lo que le echa de comer son las hojas de la berza
así está el animalito que lo que tiene es cabeza
un día se lo enseñó ella a su amiga Manuela
y dijo que era más nuevo que el que tenía su abuela
cuando mi novio lo vea verás mama que alegría
con lo aficionado que es de siempre a la cacería
cuando su novio lo vio hizo como el gato Fu
y le dijo sonriendo
chiquilla, ¿tú no estás viendo que tiene la lengua azul?

Tres días después de cantar en el Teatro Falla, el sábado 16, el director de la murga recibió de mano del Ayuntamiento gaditano la cantidad económica fijada en concepto de subvención, por el hecho de haber participado en las Fiestas Típicas*:

Agrupación

Al día siguiente, domingo día 17, se concentraron a las cinco de la tarde, en el Colegio del Niño Jesús, en la Avenida Fernández Ladreda, junto al resto de agrupaciones participantes, para formar parte de la monumental Cabalgata.

Una vez de vuelta, fueron recibidos por todos sus vecinos en la plaza del pueblo. Al año siguiente y meses antes de las fechas de carnaval se piensa de nuevo en acudir al concurso gaditano, pero la indecisión de unos componentes al principio y de otros al final, dio por desestimada la idea.